jueves, 9 de septiembre de 2010

LA PLATAFORMA CONTRA LA CRISIS DE GRANADA APOYA LA HUELGA GENERAL DEL 29-S


Durante el mes de septiembre la plataforma contra la crisis de Granada realizará un trabajo unitario de difusión y de acciones en apoyo a la huelga general del 29-S. Dicha plataforma esta compuesta por organizaciones sociales, políticas y sindicales como Attac, Ustea, CCOO, UGT, IU, PCPE e Izquierda Anticapitalistas entre otras.

En este blog iremos realizando crónicas de todas las actividades unitarias que se vayan realizando.

A continuación, el manifiesto aprobado por dicha plataforma:

MANIFIESTO DE APOYO A LA HUELGA GENERAL DEL 29-S

¡HAY QUE PARARLES!

Ante la convocatoria de huelga general hecha por las organizaciones sindicales la Plataforma Contra la Crisis manifiesta:

La Banca y grandes empresas (Banco Santander, Telefónica, Repsol…) aumentan atrozmente sus beneficios, después de que para no ir a la quiebra el gobierno ZP les haya inyectado miles y miles de millones de las arcas públicas. Al mismo tiempo se suceden medidas y más medidas contra las clases populares y la clase trabajadora: congelación de pensiones y la consiguiente pérdida de condiciones económicas; reducción salarial a empleados públicos, extendida más pronto que tarde a toda la clase (así lo demuestra el ejemplo del metro de Madrid, disminuida en gran medida la agresión gracias a su magnífica huelga), recortes de gastos sociales.

Como todo ello les parece poco se descuelgan con una llamada “reforma laboral”, que no significa sino deformar y hundir aún más las actuales condiciones de trabajo profundizando desempleo y precariedad.

La reforma laboral supone:

  • abaratar sustancialmente y socializar el coste del despido, no entre la patronal, sino entre toda la población asalariada. En primer lugar, porque el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) aportará lo correspondiente a 8 días por año trabajado en los despidos de cualquier contratado indefinido. Porque facilita el despido objetivo, colectivo, con una justificación muy laxa, permitiendo el despido por 20 días (que serán 12 para el empresario, al aportar el FOGASA los 8 días restantes).

  • ampliar las posibilidades de emplear las modalidades del contrato de formación y del contrato en prácticas, destinadas a jóvenes, pero ya no tan jóvenes (puede emplearse a colectivos de hasta 25 años). Se trata de contratos de salarios por debajo del SMI y de los mínimos en convenio, compensados con formación teórica, un certificado profesional de valor simbólico y una minúscula prestación por desempleo.

  • anunciar el compromiso con una posible reforma de la negociación colectiva, y como anticipo plantea una mayor facilidad de inaplicación y descuelgue salarial de los convenios. Con ello, la reforma laboral abre las puertas a la liquidación de la propia negociación colectiva, del papel que juegan las organizaciones de los trabajadores y del propio Estatuto de los Trabajadores, imponiéndose un modelo de individualización de la relación salarial en el que los empresarios puedan negociar frente a los trabajadores sin tener que verse constreñidos por convenios colectivos o regulaciones laborales. No es éste un aspecto menor, pues la reforma tiene como uno de sus objetivos la derrota y desaparición de los sindicatos, como ya hizo Thatcher en su momento en Gran Bretaña, para poder marcar unas nuevas reglas del juego en Europa entre trabajo y capital, donde no haya ninguna posibilidad de preservar los intereses más elementales del mundo del trabajo y su organización colectiva.

  • privatizar parcialmente la intermediación laboral. En lugar de promover un servicio público más fuerte, con más recursos y más competencias, asistimos a la legalización y externalización de la intermediación laboral hacia las agencias de colocación privadas; y a la ampliación del margen de maniobra de las ETTs, que podrán actuar en la sanidad y en la construcción.

¡Ojo! Que no paran ahí. Anuncian nuevos ataques contra nosotros: prolongación de la edad de jubilación, así como aumento de los años de cotización para cobrar la pensión. La excusa es el aumento de edad de la población y la mayo duración del periodo de cobro de la pensión de jubilación, que haría inviable el sistema. La realidad es que no hay ningún problema con el sistema de pensiones público. El problema está en el mercado laboral (baja tasa de ocupación, bajos salarios, precariedad etc.), con su repercusión en las cotizaciones al sistema público de Seguridad Social. Estas predicciones catastrofistas, como todas las anteriores (el Círculo de Empresarios en 1996 predijo para 2010 un déficit por un importe equivalente al 10% del PIB, cuando todo el mundo sabe que el sistema hoy tiene superávit y un fondo de reserva acumulado de más de 60 mil millones de euros –aprox. 6% PIB-), buscan desviar fondos de las familias hacia los fondos de pensiones privados, los cuales sí que son de dudosa viabilidad y rentabilidad.

También está anunciada una reforma de la cobertura del desempleo. Por tanto, más y más agresiones contra los que nada tienen que ver con el desastre y fracaso del sistema económico actual ni con las francachelas financieras de los que colectivizan las pérdidas y se quedan con los beneficios.

Son “reformas” que a pesar de sus mentiras aumentan el paro y la precariedad, no son creadoras de empleo, favorecen a las grandes empresas, profundizan en el recorte de derechos y la desprotección social. Conviene recordar que España en la actualidad ocupa el último lugar de UE-15 en materia de protección social.

Esta ofensiva abierta por la burguesía y sus políticas neoliberales se prevé sostenida en el tiempo. De hecho, asistimos a un importante cambio de ciclo: se ha dado un salto cualitativo en la magnitud y calado con el que se aplican las políticas de ajuste contra la clase trabajadora en el seno de la UE. Hace décadas que convivimos con la ofensiva del neoliberalismo contra las conquistas democráticas y sindicales de los trabajadores en la UE. Sin embargo, la virulencia y la magnitud de las medidas recientemente tomadas por el gobierno español y por otros gobiernos de la UE se emparentan directamente con las medidas de ajuste estructural impuestas por el FMI en América Latina durante los años 80, y cuyas dramáticas consecuencias sociales son de sobra conocidas. La orientación de estas medidas es inequívoca: no sólo pretenden trasladar a la clase trabajadora el coste económico de la crisis y lanzar una durísima ofensiva contra las organizaciones sindicales y su capacidad de interlocución social, sino que, además, persigue consolidad las políticas neoliberales causantes de la crisis aprovechando la falta de respuesta social a esta agresión a la mayoría de la población.

Por todo ello, esta huelga general debe permitirnos ser el punto de partida de una lucha sostenida en el tiempo contra las políticas neoliberales fracasadas, como vienen ocurriendo en Grecia y Francia. El 29 de septiembre, jornada de lucha europea, debe por lo tanto ser una estupenda oportunidad para vencer la pasividad y alcanzar el suficiente grado de confianza, conciencia y unidad con el objetivo de pararles los pies.

Por estas razones el 29-S,


¡No a la reforma laboral!

¡No a los recortes del gasto público!

¡No a las privatizaciones!

¡Contra el paro y la precariedad!

¡Por la defensa del sistema público de pensiones!

¡Por una reforma fiscal progresiva!

¡Por una banca pública!


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