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Comunicado de IZAR
El
pasado 24 de mayo tuvieron lugar elecciones municipales en el
conjunto del Estado Español y elecciones autonómicas en todos los
territorios salvo en Euskadi, Catalunya, Galicia y Andalucía. Los
resultados muestran que sigue existiendo la tendencia abierta durante
las últimas elecciones al parlamento europeo hace justo un año ya
que tanto el PP como el PSOE siguen perdiendo votos. Sin embargo
estos datos no significan que ambas formaciones vayan a desaparecer
del mapa político. En muchos lugares seguirán gobernando y en otros
estarán presentes mediante sus apoyos a los futuros gobiernos de los
partidos “emergentes”.
Situación
del bipartidismo.
El
bipartidismo sigue perdiendo votos. Ambas formaciones representan un
total del 52% de los votos en estas elecciones municipales cuando en
el 2011 representaban el 65% y en el 2007 el 71%. Así pues el PP
pierde 2 441 535 votos mientras que el PSOE pierde 689 003 votos si
comparamos los resultados del domingo 24 de mayo con los del 2011 y 1
883 579 votos menos para el PP y 2 173 781 votos menos para el PSOE
si los comparamos con las elecciones municipales del 2007. La crisis
abierta con las europeas del 2014 está por tanto lejos de estar
resuelta.
El
PP está a punto de perder ciudades tan emblemáticas como Valencia o
Madrid así como comunidades como Castilla La Mancha o Extremadura.
En el municipio de Madrid, el PP y su candidata Esperanza Aguirre han
perdido cerca de 200 000 votos con un aumento de la participación en
más de un punto mientras que en Valencia, la antigua alcaldesa Rita
Barberá perdía más de 100 000 votos con un aumento de la
participación de casi tres puntos. La política de ataques a los
intereses de la gente trabajadora llevada a cabo durante todos esos
años a nivel central pero también a nivel local como los múltiples
casos de corrupción han pasado esta vez factura al PP.
En
cuanto al PSOE, en ciudades como Madrid o Barcelona pierde más de
115 000 y de 66 000 votos respectivamente y eso a pesar en el caso de
Barcelona de un aumento de la participación considerable (7 puntos).
Incluso en comunidades autonómicas como la valenciana o la de
Extremadura en la que el PSOE está en disposición de acabar
gobernando, éste pierde votos.
La
situación post electoral tiene un aspecto novedoso ya que se rompen
las mayorías absolutas. Tanto el PP como el PSOE si quieren gobernar
en numerosas ciudades y comunidades tendrán que llegar a acuerdos
con C's o con PODEMOS como es el caso de Castilla La Mancha, de
Extremadura o de la comunidad de Madrid. Es muy probable que no se
den acuerdos de gobiernos ya que eso perjudicaría a los partidos
“emergentes” de cara a las elecciones generales. Sin embargo, tal
y como viene recogido en el comunicado de PODEMOS post electoral, la
formación de Pablo Iglesias está dispuesta a apoyar al POSE en las
investiduras de gobiernos en minoría: “No
facilitaremos gobiernos del PP ni por acción ni por omisión” (…)
“Si para desbancar al PP hay que llevar a cabo acuerdos puntuales
de investidura creemos que son necesarios pero durante la legislatura
nos encontrarán en la oposición para debatir cada propuesta, una
por una, de forma que podamos poner encima de la mesa solamente
nuestros compromiso con políticas justas y de progreso”
.
El
PP ha llamado abiertamente a un pacto a nivel estatal (haciendo
extensiva la propuesta de Esperanza Aguirre en el ayuntamiento de
Madrid) para evitar cualquier gobierno de Podemos o de los llamados
frentes de unidad popular. Ante la caída drástica del bipartidismo,
la constitución de un "frente de salvación
nacional" es su alternativa para rescatar el decadente
régimen social y económico. Ciudadanos es sin duda la cara más
limpia de la burguesía financiera que se ha enriquecido con la
especulación y el libre mercado consolidado sobre el régimen del
78. El PSOE sigue ahora una estrategia de "jugar a ser la
izquierda", reivindicando nuevamente el anhelo de cambio del que
se nutrió en los 80 y al que traicionó desde entonces y hasta hoy.
Sus más recientes posiciones parlamentarias en apoyo a la
introducción al artículo 135 en la Constitución, que prioriza el
pago de la deuda a la inversión en materia social, y la reforma
laboral de 2010 han dejado claro al servicio de
quién gobiernan en las instituciones.
La
burguesía Catalana y Vasca frente a las elecciones.
En
Catalunya, el bipartidismo sufre un descenso muy importante a nivel
municipal. El PP pierde en Barcelona 43 424 votos con un aumento de
la participación o lo que es lo mismo, 5 concejales pasando de ser
la tercera fuerza a ser la sexta empatada en escaños con la CUP. A
nivel de toda Catalunya, el PP pierde 128 708 votos y 259 concejales.
En cuanto al PSOE, a nivel de toda Catalunya el descenso es también
importante: 190 534 votos menos y una pérdida de 839 concejales.
En
cuanto a CIU, ésta sufre un importante desgaste fruto de los fuertes
recortes llevados a cabo durante su mandato, los casos de corrupción
principalmente el caso Pujol y el tira y afloja en torno a la
cuestión de la consulta. Esto ha supuesto un descenso de 100.000
votos respecto a las pasadas elecciones municipales, pasando del
27,12% del total de Catalunya al 21,49% (668.892 votos). ERC recupera
la mayoría de esos votos aumentando el resultado de 2011 en más de
250 000 votos. Ser socio de gobierno de CIU pero con una postura más
decidida con respecto a la cuestión de la independencia ha hecho que
pueda lograr dicho resultado.
En
el caso de Euskadi la burguesía vasca resiste en términos
electorales. El PNV aumenta en votos pasando de cerca de 326.000
votos a más de 360.000 lo que supone 3 puntos respecto a las pasadas
elecciones municipales. Sin embargo en las capitales de provincia esa
tónica no se mantiene menos en San Sebastián, ayuntamiento
gobernado desde 2011 por EH Bildu. En Bilbao, el PNV pierde 10 665
votos y dos concejales y no tiene la mayoría absoluta mientras que
en Vitoria pierde 1 198 votos y 1 concejal.
Izquierda
Unida y la Izquierda radical independentista.
La
caída en el plano electoral de Izquierda Unida, tal y como se
anticipó tanto en las pasadas Elecciones Europeas como en las
Elecciones andaluzas, sigue su curso. Perdiendo casi medio millón de
votos respecto a las pasadas elecciones municipales. Hay que señalar
especialmente el descalabre en la Comunidad de Madrid tras las
disputas internas que han sacudido la organización durante los
últimos meses, quedándose en un 4,14% (130.890 votos) lo que supone
un importante descenso respecto al 9,51% (286.917 votos) de las
pasadas elecciones autonómicas.
El
descenso de IU no ha sido mayor gracias a los pueblos donde la
asimilación de las candidaturas de unidad popular a PODEMOS ha sido
más difícil de visibilizar. Sin embargo en las capitales de
provincia eso ha sido más sencillo y en esos lugares IU ha
disminuido mucho en número de votos. A nivel autonómico, IU
desaparece de los parlamentos de Murcia, de Extremadura, del País
Valenciá, o Madrid y pierde representación en comunidades como
Aragón.
La
aparición de PODEMOS ha dejado a IU con menos espacio político en
términos electorales y la política de subalternidad con el PSOE
(como ha sido el caso más reciente en Andalucía) ha pasado factura
a dicha organización que no está sirviendo durante este periodo de
crisis del sistema como herramienta para organizar la movilización y
la resistencia de la gente trabajadora desde la calle. Su apuesta ha
sido todo lo contrario: gestionar la crisis del sistema y priorizar
estar en las instituciones beneficiando la desmovilización social.
En ese escenario aparece PODEMOS.
La
izquierda independentista ha tenido unos resultados electorales
desiguales en función de los territorios.
En
el caso de Euskadi, Sortu integrada en EH-Bildu sufre una caída de
dos puntos respecto a las pasadas elecciones municipales, lo que
supone en torno a 20.000 votos. Mantiene el número de concejalías
tanto en Bilbao como en Vitoria, aunque es especialmente
significativa la pérdida del Ayuntamiento de San Sebastián que
recae en el PNV. La izquierda independentista vasca está inmersa en
un debate interno acerca de la institucionalización de EH Bildu y de
su balance al frente de dichas instituciones en materia social. Esto
último puede ser la causa de ese debilitamiento en términos de
votos. Sin embargo y a pesar de esos resultados, PODEMOS no logra
quitarle la hegemonía de la izquierda lo cual aparece incluso más
difícil ahora después de exigir a la izquierda abertzale que
condene a ETA sumándose así al discurso del régimen del 78. Hay
que destacar sin embargo el fuerte aumento en Navarra de la formación
abertzale que pasa de 37 017 votos (11,63%) a 54 461 votos (16,41%)
con la posibilidad de acabar gobernando en Pamplona con el apoyo de
PODEMOS.
En
el caso de Catalunya las CUP concurrían con un total de 163
candidaturas frente a las 72 con las que fueron a las pasadas
elecciones municipales. Esto se ha traducido en un importante ascenso
de la formación en el conjunto de Catalunya, llegando a obtener más
de 220.000 votos frente a los 62.000 de las pasadas elecciones
municipales. En este sentido es importante la irrupción de las CUP
en el Ayuntamiento de Barcelona con tres concejal@s y más de 50.000
votos. No han ido en todos los casos bajo sus siglas, éste es el
caso de Badalona donde las CUP participan de la candidatura Badalona
en Comú que han logrado ser segunda fuerza política tras el Partido
Popular. El proyecto de las CUP resiste por tanto a la presión de
los nuevos proyectos reformistas que están en disposición de ganar
las elecciones en las próximas elecciones catalanas previstas en
septiembre y mantienen a día de hoy un perfil rupturista.
Situación
de los partidos “emergentes”
Los
partido llamados “emergentes” como C's o PODEMOS siguen con el
impulso logrado en las elecciones andaluzas. Irrumpen con fuerza en
numerosos ayuntamientos y parlamentos autonómicos y de ellos depende
la conformación de numerosos gobiernos.
C's
aparece claramente como un recambio del PP. Triplica su resultado con
respecto a las europeas pero estaría lejos de ser la tercera fuerza
(6,5%) si PODEMOS se hubiese presentado con sus siglas en todo el
estado en estas municipales. En cuanto a la cuestión de los pactos,
C's aparece como la organización que puede acabar apoyando la
investidura tanto del PSOE en Andalucía como del PP en Madrid.
Pretende de ese modo y mediante un compromiso de dichos partidos de
luchar “contra” la corrupción de aparecer como un partido
responsable capaz de desbloquear la actual situación de
ingobernabilidad por ejemplo en Andalucía. En las próximas semanas
veremos que ofrece el bipartidismo a cambio seguramente en el campo
municipal.
PODEMOS
que sólo se presentaba con sus siglas en las elecciones autonómicas
se acerca al 20% en tres comunidades autónomas (Madrid, Aragón y
Asturias) mientras que en el resto se ha situado en torno al 8 y
el 13% por debajo incluso del resultado de las elecciones andaluzas.
A nivel municipal ha participado en numerosas candidaturas ciudadanas
que han logrado resultados importantes sobre todo en las capitales de
provincia. Sin embargo esos resultados no dejan prever que en las
elecciones generales PODEMOS logre imponerse al PP ni asegura estar
por delante del PSOE. A pesar de eso los resultados alcanzados en
ciudades como Madrid o Barcelona son vividos por la gente trabajadora
y la juventud como una posibilidad de cambio real. Conseguir
desbancar al PP o a CIU aparece para mucha gente como una esperanza
de ver sus condiciones de vida mejorar. La apuesta por este tipo de
candidaturas de unidad popular aparece ahora para muchos como la
mejor alternativa para acabar con el PP a nivel estatal y es ya un
debate de actualidad de cara a las generales. Sin embargo el debate
se está centrando en la forma más que en el fondo. Todo el mundo
habla del “casting”: nombres propios para encabezar una posible
candidatura de unidad popular y bajo que paraguas pero pocos hablan
del “guión” es decir de qué delimitaciones políticas y de qué
programa para dicha candidatura.
Volviendo
a la constitución de dichos gobiernos, éstos sólo podrán hacerse
mediante el apoyo del PSOE que a pesar de intentar dar una estética
de renovación en lo sustancial no ha roto ni mucho menos con el PSOE
de la reforma laboral de 2010 y 2011, con el PSOE que limitó junto
al PP el déficit público privilegiando el pago de la deuda que
ellos mismos habían generado sobre al mantenimiento de los servicios
públicos, o con el PSOE del caso de los ERE´s en Andalucía por
citar solo algunos ejemplos.
Ese
es el escenario que se dibuja de ahora en adelante. Un escenario que
respecto a los pactos, tanto en forma de coaliciones de gobierno como
en forma de apoyo a diferentes investiduras, estará fuertemente
condicionado por la sombra tanto de las Elecciones Generales que
tendrán lugar previsiblemente en noviembre como de las Elecciones
Catalanas que tendrán lugar en septiembre.
Tanto
Podemos como Ciudadanos ya han anunciado que no entrarán a formar
gobiernos ni con el PSOE ni con el PP y que los apoyos se darán en
forma de condiciones para apoyar las investiduras. En este sentido,
las condiciones que empiezan a vislumbrarse desde ambas
organizaciones se centran principalmente en elementos como la
corrupción, la limitación de salarios, cargos de confianza, etc.
PODEMOS habla por ejemplo de “vaciar
las cuentas públicas de bancos que desahucien familias del
municipio, publicar las bolsas de empleo del ayuntamiento y los
criterios de acceso, priorizar los pagos a las pymes locales frente a
dietas y gastos suntuarios y/o de representación y publicidad
institucional, democratizar los gobiernos pedáneos.”
¿Qué
significa romper con el régimen del 78?
Las
condiciones que pone sobre la mesa la dirección de PODEMOS para
apoyar las investiduras de gobiernos del PSOE tal y como ya lo vimos
con respecto a las condiciones propuestas por Teresa Rodríguez a
nivel andaluz son totalmente insuficientes y no permiten avanzar
hacia propuestas rupturistas. Romper relaciones con los bancos que
desahucian, priorizar los pagos a las pymes, la dimisión de
diputados imputados por temas de corrupción no son condiciones
rupturistas que permiten elevar el nivel de conciencia. Son
condiciones perfectamente asumibles por el propio sistema. En ese
sentido, lo que parece buscar la dirección de PODEMOS es no
dificultar el apoyo de investiduras de gobiernos del PSOE para ser a
su vez apoyado por el PSOE allá donde sea necesario.
Esto
nos da también unos indicios de lo que entonces podría exigir la
dirección de PODEMOS al PSOE para votar a favor de su investidura a
nivel estatal en el caso de que en las próximas elecciones generales
PODEMOS no lograra superar al PSOE y al PP. ¿Apoyaría PODEMOS
entonces un gobierno PSOE mediante la aceptación de dichas medidas?
En
primer lugar pensamos que encarar el debate de esa forma crea
ilusiones sobre el PSOE. Entendemos que a día de hoy una tarea
central de las organizaciones políticas que pretenden romper con el
régimen del 78 y con la lógica de un sistema inhumano pasa por no
apuntalar a fuerzas políticas que son inherentes a dicho régimen y
a dicho sistema.
En
segundo lugar, entendemos además que las condiciones avanzadas por
la dirección de PODEMOS no permiten generar contradicciones a los
que nos gobiernan ni son reivindicaciones que permitan poner en
movimiento a la gente trabajadora, a l@s parad@s
o la juventud. Necesitamos poner sobre la mesa unas condiciones que
generen otro tipo de debate y que pongan de actualidad la necesidad
de la movilización para imponer un programa verdaderamente coherente
con los de abajo. Hablamos de medidas como la prohibición de los
desahucios, el no pago de la deuda, la nacionalización de la banca y
de los sectores estratégicos, la reducción de la edad de la
jubilación, la derogación de las reformas laborales, la renta
básica, el aumento de los salarios en relación con el aumento del
coste de la vida, la prohibición de los despidos en empresas con
beneficios, la eliminación de la educación concertada... Medidas
que pueden conectar con el sentir de la gente trabajadora y que
además permiten poner sobre la mesa la necesidad de otro reparto de
la riqueza y de otro tipo de sociedad. Medidas que por cierto estaban
en el programa de PODEMOS de las europeas y que han ido
desapareciendo paulatinamente de su discurso y de sus respectivos
programas.
PODEMOS
habla desde sus inicios de ruptura con el régimen del 78. Sin
embargo dicha ruptura parece cada vez estar más alejada de su
discurso y se está consolidando en una regeneración democrática
del propio régimen. Una restauración del régimen un poco más
humano. Lo que ellos denominan una “segunda transición” que no
pone en tela de juicio el sistema económico y la lógica del
capitalismo verdadero responsable de la miseria en la que se está
viendo abocada la inmensa mayoría de la sociedad del estado español
por mantener a toda costa los intereses de una minoría enriquecida.
En menos de un año el programa de PODEMOS ha ido suavizándose con
el objetivo de no atacarse realmente a los intereses de esa minoría
que busca enriquecerse cada vez más a costa de l@s trabajadores, de
l@s parados, de l@s
pensionistas y de la juventud.
Los
resultados de las pasadas elecciones autonómicas y municipales
pueden acabar profundizando un escenario de cambio muy moderado ya
que dependerá de futuros acuerdos y consensos con partidos como el
PSOE, uno de los principales artífices del régimen del 78. Estos
primeros acuerdos-pactos hoy pueden ser los mismos acuerdos-pactos de
mañana si se trasladan los resultados de estas elecciones a las
elecciones generales del curso que viene. En ese caso el “cambio”
tan ansiado puede que no sea tal.
En
ese sentido y hoy más que nunca, la izquierda anticapitalista y
revolucionaria debe alertar sobre los riesgos que supone para la
gente trabajadora limitarse a darle al sistema capitalista un rostro
más humano. Se trata al contrario partiendo de las experiencias de
movilizaciones y de autoorganización de los de abajo ya sea mediante
el 15M, las mareas o mediante las experiencias de huelgas de l@s
trabajadores como los de Coca Cola, Panrico o Movistar por su
condiciones laborales de ir tejiendo resistencias que ponga en el
centro del debate político el reparto de las riquezas y quién
produce esas riquezas y por tanto quién tiene que decidir qué se
produce y cómo. Para eso no hay atajos. La mejor forma de defender
nuestros intereses sigue pasando por la movilización sostenida de
nuestro bando social. Los gobiernos llamados de “cambio” que se
vayan configurando deben servir para eso. Deben ser altavoces para
reforzar la movilización de los de abajo, para señalar a los
verdaderos culpables de la crisis capitalista, para enfrentarse a
ellos y para proponer alternativas de sociedad. Para ello, es tan
necesario visibilizar un discurso independiente al de la dirección
de PODEMOS que ponga el acento en la necesidad de ruptura con un
sistema inhumano que despide, desahucia y margina a l@s que
producimos las riquezas. Un discurso independiente tanto fuera como
dentro de dichas experiencias y/o candidaturas que nos permitan estar
mañana en mejores disposiciones para romper verdaderamente con el
régimen del 78 y con el sistema capitalista.
Izquierda
Anticapitalista Revolucionaria
10/06/15