Tres años ha pasado del asesinato del músico antifascista Pablos
Fyssas a manos del miembro de Amanecer Dorado Giorgos Roupakiás en
Keratsini, la noche del 18 de septiembre de 2013. Sin embargo antes
de llegar al asesinato, ya le habían precedido – siempre con la
espalda cubierta por el estado – el ataque contra los sindicalistas
del PAME (sindicato del KKE) en Pérama, el asesinato de Sachzat
Loukman, el ataque a pescadores egipcios y otros centenares de
ataques de batallones a inmigrantes, activistas y homosexuales.
Han pasado ya tres años, y debido a la ejemplar obstrucción del
poder judicial, el juicio a los neonazis de Amanecer Dorado todavía
no se ha completado. Los mismos asesinos andan libres y la justicia,
habiendo agotado toda su severidad en la persecución de anarquistas
y otros militantes, fue y es escandalosamente indulgente con ellos.
Amanecer Dorado trata de dar una imagen de partido político legal
que es perseguido por sus ideas.
La continuación del juicio, su transferencia al Tribunal de
apelación de Atenas y la acusación de cargos relacionados con una
organización criminal puede ser un primer paso para una
reivindicación temporal de los familiares y amigos de las víctimas.
Sin duda es una importante conquista del movimiento antifascista que
continúa luchando sin tregua desde hace tiempo para aplastar el
fascismo.
Nos encontramos en un periodo de rápida agudización de la crisis,
con el gobierno Syriza-ANEL aplicando una dura política de
austeridad, dificultando aún más la vida de las y los trabajador@s
y desemplead@s. A nivel internacional, este mismo periodo se pinta
con el color negro de la guerra en Oriente Medio, de la guerra civil
y las intervenciones imperialistas en la región de Siria, con el
desarraigo de miles de refugiad@s de sus hogares y la reactivación
de la amenaza fascista que rechina los cimientos de las democracias
burguesas en toda Europa.
La extrema derecha no duda en construir su propaganda en base al
racismo, la homofobia y la islamofobia. Ciertamente el hilo se
desarrolla desde las propias “democracias”, con los ejemplos
básicos que declaran el “estado de emergencia” en Francia y
Bélgica, la prohibición del burkini en las playas francesas como
indicación del extremismo, la propaganda de los medios de
comunicación de Alemania de las violaciones por refugiad@s, la
privación de derechos básicos de las y los refugiad@s en los países
de “acogida”, etc.
Frente al veneno del racismo que se vierte sin frenos, se encuentra
el movimiento antifascista y antirracista que apoya las demandas de
refugiad@s e inmigrantes contra el vergonzoso acuerdo de la UE con
Turquía, un movimiento de solidaridad que se refuerza a diario y a
través de estructuras autoorganizadas (ocupaciones de viviendas,
iniciativas colectivas municipales, etc). Por mucho que gire el
gobierno contra este movimiento con represión, desmantelando las
ocupaciones de vivienda y prohibiciones de salida de voluntarios de
los campos de concentración, no va a lograr nada pues esta lucha es
más consciente que nunca.
Solo a través de la solidaridad internacionalista la clase
trabajadora puede desplegar su enorme fuerza. La lucha común de las
y los oprimid@s es la que aplastará tanto la amenaza fascista como a
la burguesía con el conjunto de sus instrumentos, cuestionando su
poder. La unidad nacional que firmó y defiende Syriza con todas las
fuerzas políticas es una estafa, sobre la cual se construye odio y
alienta el espacio a la amenaza fascista. A ésta respondemos con más
lucha antifascista contra el fascismo, la guerra y cualquier forma de
opresión.
OKDE-Spartakos, sección griega de la IVª Internacional, miembro de
Antarsya