Una oleada de mareas desde abajo para ahogar al capitalismo
El reto, importante y ambicioso a la vez que irrenunciable, en
momentos en que el capital nos golpea de forma inmisericorde y -por
ahora- sólo nos queda defendernos sacando músculo en la calle: unir en
Granada, como en otras ciudades del estado, las mareas Verde y Naranja,
las mesas en defensa de la sanidad pública, la plataforma Stop
desahucios, el 15M y un amplio número de organizaciones sociales,
sindicales y políticas, entre las que se encuentra Izquierda
Anticapitalista.
Desde Marea Verde tomamos la iniciativa de llamar a una reunión
unitaria y amplia a las mareas y movimientos sociales de Granada que
quisieran secundar la fecha del 23 de Febrero. Junto a la nuestra, la
Marea Naranja, la de los servicios sociales, y las Mesas en defensa de
la sanidad pública, que agrupa a personal sanitario, de dependencia e
inmigración, acudieron Equo y el 15M, y en otras dos reuniones se
sumaron ATTAC, Frente Cívico, los restantes partidos políticos y la
práctica totalidad de los sindicatos, Plataforma contra la crisis y Stop
desahucios.
Así las mareas logramos convocar el pasado el 23 de Febrero a la
práctica totalidad y pluralidad de organizaciones político-sociales a la
izquierda del social-liberalismo en Granada, para dar un paso unitario
al frente, los de abajo, a las políticas de recorte impuestas. Una
manifestación de quienes nos encontramos en la lucha desde diversos
planos y coincidimos estos años en largas asambleas, piquetes de huelga y
delante de los juzgados clamando contra la represión, desafió una tarde
que amenazaba lluvia.
El protagonismo se decidió conceder desde la primera reunión a las
mareas, las protagonistas de la jornada. Tras la pancarta de cabecera
en la que nos encontrábamos Marea Verde sin parar de lanzar consignas y
la compacta y ruidosa masa de globos naranjas de los servicios sociales
se unían, muchos de blanco, las Mesas en defensa de la sanidad pública, y
algo más lejos, de amarillo, un grupo de trabajadores de los talleres
de empleo, despedidos por la Junta.
Aunque el blanco más coreado presente en los lemas durante toda la
marcha fueron el presidente y su ya caduco y muy repudiado gobierno, la
Marea Verde nos acordamos específicamente de Wert y la LOMCE que trae
bajo el brazo, de la consejera del ramo,
siempre-justificadora-de-despidos, Mar “cretina, trabaja de interina”
Moreno y tampoco olvidamos que “Rajoy, Griñán, Valderas, los 3 tienen
tijeras”, porque IU no es ajena a las políticas de la Junta.
En la segunda parte de la manifestación de las mareas tuvieron hueco
la asamblea del 15M, los constituidos recientemente yayo-flautas
granadinos y el importante y destacado en la resistencia grupo de Stop
desahucios, solidarios desde hace meses con las luchas de los
trabajadores, quedando al final las organizaciones políticas que se
sumaron a la cita. Estuvieron presentes desde el Frente Cívico hasta
Equo pasando por Izquierda Abierta, ATTAC, el PCE y las UJCE con las que
compartimos lucha estudiantil.
Nuestro cortejo lo abría el lema “Desahuciemos las políticas de
recortes”. A todas. Señalamos que de ninguna manera puede haber
políticas de recortes buenas y malas, distinguiendo si quien empuña las
tijeras es Rajoy o el bicéfalo y complaciente gobierno de
Griñán-Valderas. Todas tienen hoja, recortan igual, todos los despidos
desgarran familias. La crisis golpea más fuerte y produce mayor
sufrimiento en la comunidad andaluza, donde los desempleados no se
contentan con disfrutar del “muro de contención” que PSOE-IU nos
recuerdan ser.
La manifestación de Marea Ciudadana rodeó simbólicamente la
subdelegación de gobierno y avanzó por la Gran Vía creciendo en fuerza y
participación. La Plaza del Carmen, sede del ayuntamiento, se quedó
pequeña para las miles de personas que abarrotaban el centro de Granada y
oyeron el manifiesto leído entre dos compañeras de las mareas Verde y
Naranja, que acabó con el recientemente comprobado y puesto en práctica
por las plataformas antidesahucios “La lucha es el único camino”.
Levantemos un tsunami que haga temblar las piernas al capital
Las manifestaciones de las mareas han sido un éxito rotundo en todo
el estado y han logrado revitalizar la herencia desobediente del
refrescante 15 de Mayo de 2011. Ni siquiera la descarada y burda censura
y criminalización de la marcha en Madrid por los medios informativos se
sostiene. Toca ahora hacer balance, apuntar bien el objetivo y marcar
en el calendario una nueva fecha de movilización estatal superior a
ésta, visto que las direcciones de CCOO y UGT seguirán de siesta
post-congresual esta primavera.
En este segundo año de la era Rajoy, cuarto de políticas de ajuste y
quinto de crisis económica, la fórmula de las mareas sectoriales como
respuesta a los ataques de las clases populares han logrado llenar los
espacios vacíos existentes a los que tanto el 15M como el sindicalismo
de concertación no han podido o no han querido llegar. No toca ahora
analizar las debilidades de ambos. El caso es que la indignación tiene
algo que ver en el nacimiento de la Marea Verde y de todas las que han
venido, desde la comunidad de Madrid, a medida que los ajustes
aterrizaban.
La experiencia ganada con este 23 de Febrero hay ponerla en valor y
se resume en la posibilidad certera de que convergiendo las diversas
luchas, las de unos y otros, nos preparamos mejor para devolver el golpe
en la calle. El tejido activista nos pone en mejor situación para
nuevas movilizaciones de masas y futuras huelgas generales, pero exige
construirlo con honestidad, codo a codo con los trabajadores. Nos faltan
colores de mareas para hacer converger en el mismo tsunami una
respuesta de clase.
Hemos comprobado que la lucha más que nunca es necesaria, sirve y aúna
voluntades contra los de arriba. Que la autoorganización de los
trabajadores, los que movemos el engranaje, se eleva por encima de
reformas y ajustes diseñados contra la mayoría de la población y ahoga
conferencias de ministros y consejeras, ocupa dignamente y sin miedo
parlamentos. El grito valiente de “Sí se puede” desde la tribuna del
congreso al aceptarse a trámite la ILP de la PAH se repitió ayer en las
calles como un clamor.
Sin duda serán inevitablemente necesarios nuevas oleadas y poderosos
tsunamis solidarios para tumbar los ataques antipopulares del gobierno
central y autonómico, seguir tejiendo alianzas y complicidades en la
calle y los centros de trabajo en marcos unitarios, respuestas
interprofesionales a las luchas cotidianas en formas de comités de apoyo
a tantos conflictos laborales. Golpear juntos y más para quebrar el
timón suicida del buque del déficit cero en el que nos arrastran los de
arriba.
Desde dentro de las mareas, en los sindicatos en los que participamos
y en nuestra organización política debemos ser capaces de afinar,
marcar una diáfana orientación contra el sistema y superar el horizonte
de la antiausteridad: hay que señalar cuál es nuestro bando, hacia dónde
queremos caminar y girar para derrocar la lógica capitalista de la que
éstas políticas derivan y se refuerzan.
Tomás Martínez, militante de Izquierda Anticapitalista-Granada y miembro de Marea Verde