miércoles, 27 de febrero de 2013

Sinistra Crítica, un primer análisis en caliente de las elecciones

Los resultados llegan con lentitud, intercalados por improbables e inaplazables encuestas, y se entrelazan con las normas farragosas y antidemocráticas de una ley electoral hecha para conservar el poder y no para medir leal, correctamente y de manera transparente la voluntad de los electores. Sin embargo, la evaluación de los resultados de fondo y el marco post-electoral se define con claridad. El resultado explosiona todas las previsiones y deseos: la “máquina de guerra” de Bersani falla en su objetivo, y una vez más, el deseo del PD de hacerse cargo del gobierno aprovechando una presunta ruptura entre los principales miembros de la clase dominante y el personal político de la derecha berlusconiana se frena.

Y siguen muy decepcionados los otros grandes actores de la política: los “mercados” y los tecnócratas de la UE y del BCE que observan con terror la posibilidad y perspectiva de gran ingobernabilidad en un país crucial como Italia. Ciertamente su hombre de referencia en Italia era Monti, pero eran todos conscientes que Supermario podría a lo sumo jugar un papel de apoyo y condicionamiento de un gobierno presidido por Bersani. En cambio, probablemente el parlamento quedará marcado de manera determinante no sólo por el éxito de Grillo, sino también y sobre todo por su derrota y el redimensionamiento del proyecto centrista.

La afirmación de las listas del Movimiento 5 estrellas, declaración anunciada, pero no menos dramático y devastador para los equilibrios políticos entre las fuerzas tradicionales del mundo institucional italiano es sin duda lo más destacado de los resultados de las elecciones del 24 y 25 de Febrero. El éxito de las listas de Beppe Grillo manifiesta de una manera potente la propagación del rechazo popular de la política de la corrupción y de la austeridad, particularmente en los jóvenes.

Resulta significativa la diferencia porcentual en la cámara y el senado. El M5S se convierte en el primer partido en varias regiones. Se trata de un desafío que el electorado lanza a toda la vieja política del centro-izquierda, de derecha, de centro e incluso de extrema izquierda, todas penalizadas por el resultado masivo de las listas de Grillo, además del aumento de la abstención.

Sí, porque también el dato (oficial) de la abstención es importante: el 25%, con un crecimiento del 5% respecto al 2012. Faltan a la convocatoria alrededor de 10,8 millones de electores, casi dos millones más que en los últimos comicios, que evidentemente no encontraron motivos y razones válidas para ir a votar. Más allá de los datos absolutos y del porcentaje que se podrán evaluar más tarde, en esta hora en que no está del todo definida la concesión de premios de mayoría en la cámara y sobre todo en varios colegios senatoriales, lo sucedido asesta un golpe de gracia quizás definitivo al sistema político de la llamada “segunda república”, que con la alternancia del centro-derecha y el centro-izquierda en el gobierno, ha gobernado el país en los últimos 20 años.

El resultado absolutamente decepcionante de la lista Monti y de la coalición centrista plantea, al menos por el momento, el intento con el que la burguesía italiana (y detrás de ella, también los poderosos de la UE) había intentado construir una alternativa a su dependencia del binomio del litigio pendular PD-Pdl (Pueblo de la libertad). En todo caso, las cifras asignadas a Elección cívica del primer ministro saliente constituyen una drástica condena de la política de su gobierno a base de contrarreformas, recortes, eliminación de derechos, aumento de impuestos, desempleo y grandes obras inútiles.

La vitalidad de Berlusconi y de su demagogia populista, también gracias al hábil desenganche de la “gran coalición” que ha sostenido a Monti hasta hace sólo dos meses, a la promesa de restitución del IMU y a su victoria en los colegios senatoriales de Lombardía, el Véneto, Campania y Sicilia hacen extremadamente difícil la formación de un gobierno que hasta la semana pasada todos los comentaristas daban presidido por Bersani, con el único interrogante de una hipotética alianza forzada con Monti y Casini. Se trata de un resultado que hará ingobernable el parlamento.

Y el gran derrotado de estas elecciones parece ser de quien era el favorito, precisamente hasta ayer: el Partido Democrático, con su coalición y la idea de un gobierno Bersani. Estas fuerzas pagan con evidente hemorragia hacia el M5S y la abstención su política de convencido apoyo a todas las políticas antipopulares de los últimos 13 meses: el PD pierde en el senado 2,5 millones de votos respecto a 2008. Esto tiene lugar sin ninguna compensación con el aliado SEL (Sinistra Ecología y Libertad), que incluso desmintiendo todas las previsiones más optimistas, gana cerca de 900.000 votos, y por lo tanto no alcanza ni siquiera el resultado ya desastroso de Izquierda Arco Iris, aunque hoy, gracias a la alianza con el PD, logrará conseguir algún número de parlamentarios.

Derrotado también queda el malogrado intento de construir con la lista Revolución Civil una balsa que debería llevar al parlamento una patrulla de parlamentarios de partidos excluidos en las elecciones del 2008 y no admitidos en la coalición alrededor del Partido Democrático en esta ocasión: Rifondazione Comunista, Partido de los Comunistas Italianos, Italia de los Valores y los Verdes. La lista Ingroia, de hecho, no logra elegir ningún diputado ni senador. El naufragio de esta balsa sólo deja escombros y desechos por deseo expreso de sus autores.

La pregunta es la siguiente. ¿La derrota de los partidos de la austeridad y la desorientación (al menos momentánea, de todos los “poderes fuertes”) facilitarán o no la reanudación de los movimientos? La fragilidad del contexto institucional y el miedo a “Aníbal en las puertas” personalizado por el M5S empujarán a los aparatos de la CGIL y los sindicatos “cómplices” a una mayor moderación de las reivindicaciones y luchas, aunque la situación económica y las directrices de las clases dominantes impondrán mayores agresiones contra los derechos y condiciones de vida de la clase trabajadora.

Así pues la construcción de luchas y movimientos sigue siendo cuanto menos de plena actualidad y urgencia, y tras el fracaso de todo atajo electoral ilusorio, pasa a convertirse para todas y todos que realmente quieren oponerse a la austeridad y a su devastación social en el eje de trabajo central de cualquier iniciativa política, también para Sinistra Critica.

http://sinistracritica.org/2013/02/...
Traducción de Tomás Martínez para Izquierda Anticapitalista

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