Nos encontramos casi al final de la campaña electoral de cara al 26
de junio. No estamos viendo durante esta campaña más de lo que ya
hemos visto los últimos cinco meses. La política convertida en un
espectáculo mediático, encorsetando el debate a las grandes figuras
televisivas del escenario actual. Dejando de lado el debate político
real, el debate que afecta a las condiciones de vida del conjunto de
l@s trabajadoress y de la juventud.
En su momento lanzamos una candidatura como IZAR porque
considerábamos que la candidatura que podía suponer la alternativa
de la izquierda, Unidos Podemos, no ponía encima de la mesa
cuestiones que nos parecen fundamentales para cambiar realmente
nuestras condiciones de vida, tales como el impago de la deuda, la
nacionalización de los sectores estratégicos de la economía, la
prohibición de los despidos, el reparto del trabajo…Tras dos
semanas de campaña no solo nos reafirmamos en eso sino que además
consideramos que ha sido un
gran acierto esta candidatura independientemente del resultado del
resultado que nuestras listas alcancen el 26J.
En primer lugar, porque, dentro
de nuestras posibilidades, nos está permitiendo ofrecer un discurso
político alternativo al dominante, al que vemos cada día en la
televisión, en la radio, en las tertulias y los artículos prensa en
un momento en que más compañeros y compañeras hablan de política
ya sean en los movimientos sociales, en nuestros barrios o en
nuestros centraos de estudio y de trabajo. Un planteamiento
político que considera que ni siquiera la mejor gestión
institucional es suficiente para cambiar nuestras condiciones de
vida. Al contrario hace falta, hoy más que nunca, cuestionar la
riqueza de los que han estado beneficiándose de la crisis durante
todos estos años y eso no puede hacerse dentro de los márgenes del
sistema capitalista. Y para cuestionar la riqueza no valen las medias
tintas ni los parches. Porque el conjunto de las y los trabajadores
seguimos levantándonos cada día (para buscar trabajo o para ir al
que ya tenemos), teniendo que escuchar que la crisis nos afecta a
todos, que hay que apretarse el cinturón, que facilitar el despido
es mejor para la contratación…mientras nos enteramos que el año
2015 ha sido el más exitoso de cuantos se recuerdan para las grandes
compañías del IBEX 35. Cuestionar la riqueza por tanto es poner en
duda que unos pocos tengan que ser dueños de la tierra y de nuestro
trabajo.
En segundo lugar, porque la abstención nos parece insuficiente
y de echo menos entendible. Al igual que en las luchas, los y las
anticapitalistas y revolucionari@s
tenemos la responsabilidad de proponer, también en las urnas, una
alternativa política al reformismo. Nuestra
candidatura nos habrá al menos obligado a tener que bajar a la arena
política y debatir con nuestro entorno de cuales son a día de hoy
nuestras propuestas y nuestro análisis sobre la situación política
actual.
En tercer lugar, porque nuestra candidatura se ha enmarcado en un
contexto internacional que en cierta forma corrobora lo que pensamos.
Por una parte los límites del gobierno de Syriza han sido más que
evidentes: un gobierno de izquierdas, que fue eliminando cuestiones
programáticas para parecer más creíble y que al final ha basado su
política en hacer una labor de gestión para los capitalistas en un
contexto de crisis internacional, lo cual ha significado duros
recortes en servicios públicos, políticas fronterizas asesinas con
l@s refugiad@s, etc. Frente a esto, otra forma resurge en Europa con
más fuerza que en ningún otro momento de la crisis capitalista. La
lucha de la clase trabajadora y la juventud francesa frente a la
regresiva Ley del Trabajo, vuelve a situar en el centro del escenario
a un sujeto que muchos sectores reformistas consideraban muerto. La
clase trabajadora se está plantando a través de la huelga general
una lucha ante las reformas de los capitalistas europeos. La huelga
general pone sobre la mesa quién tiene la riqueza, pero quiénes
hacen verdaderamente funcionar las cosas. Cuando las y los
trabajadores han decidido parar, todo ha quedado detenido. Los dueños
de las empresas han dejado de ganar dinero, y el gobierno
verdaderamente se encuentra frente a un enemigo que teme. Pero no
solo se trata de algo pasivo. Las y los trabajadores no solo han
demostrado que pueden parar, sino que pueden producir de otra manera.
Aunque de forma muy incipiente, su corte de la luz al presidente de
los empresarios, o el hecho de suministrar energía a los hogares que
no pueden pagarlos son ejemplos poderosos, aunque pequeños, de lo
que puede hacerse cuando la huelga general entra en juego.
Presentarnos a las elecciones, por tanto, ha servido para poner esto
sobre la mesa. El
acto fin de campaña de IZAR Granada que tendrá lugar el viernes 24
de junio a partir de las 19h30 en el Colegio Inmaculada del Triunfo
(junto a la plaza de la Libertad) trata de hacer visibles esas
posiciones políticas reforzando
la idea que sólo enfrentándonos desde la clase trabajadora y la
juventud a los intereses de los ricos podremos lograr un cambio de
vida. Sus
pactos para que no cambie nada, la lucha para cambiarlo todo.