martes, 28 de agosto de 2012

Comunicado Izquierda Anticapitalista Granada sobre la marcha obrera


Desde Izquierda Anticapitalista Granada apoyamos y animamos a participar en las marchas obreras organizadas por el SAT en nuestra provincia los próximos días 30 y 31 de agosto.

 
PORQUE
NUESTRO TRABAJO
NUESTRA VIVIENDA
NUESTRA SALUD
NUESTRA EDUCACIÓN
VALEN MÁS QUE SUS BENEFICIOS
HACIA LA HUELGA GENERAL

            Ninguna duda cabe ya de que el capitalismo es el sistema del hambre y la miseria. Las élites sociales y sus gobiernos cómplices (Zapatero y Rajoy) lo tienen claro: la crisis no sólo no la van a pagar ellos, sino que además van a intentar hacer del Estado español un paraíso de mano de obra barata y sin prestaciones sociales donde poder obtener grandes cotas de beneficios. Las cifras hablan por sí solas acerca de las consecuencias de la crisis y de las reformas políticas: más de 6 millones de parados (1,3 millones de los cuales son andaluces), 160 desahucios diarios (36 en Andalucía) y un 22% de la población viviendo ya bajo el umbral de la pobreza (más de un 30% en Andalucía). 

            Las reformas llevadas a cabo por los gobiernos son un claro ejemplo de política de clase. Por tanto, ante tales reformas sólo cabe la oposición frontal por parte de lxs trabajadorxs. No hay margen para la negociación con quienes nos quieren devolver al siglo XIX. No es el momento de lanzar mensajes contradictorios, y en estos términos hay que decirle claramente a Izquierda Unida que: o se está en la calle reforzando las luchas o se está en el Gobierno andaluz gestionando la miseria y los recortes que la clase capitalista ha preparado para nosotros y nosotras. No hay espacio para ser cómplices de los de arriba y de los de abajo al mismo tiempo. Es el momento de encaminarse hacia una lucha sostenida en el tiempo que alterne movilizaciones y huelgas sectoriales a fin de desembocar en huelga general. Hay que demostrar que pese a sufrir los recortes y reformas del Gobierno, somos la gente trabajadora quienes ponemos a funcionar todos los días la maquinaria de la producción. Ese es nuestro poder y debemos utilizarlo con inteligencia. Es por ello que el calendario planteado por las direcciones de CC.OO. y de U.G.T. para el inicio del trimestre, basado fundamentalmente en la petición de un referéndum y consulta popular en torno a los recortes, es claramente erróneo. Mientras que nos adentramos en un inicio de curso anómalo por la fortaleza de la agitación en la calle durante los meses de verano (a lo que han contribuido las acciones del S.A.T. en los supermercados y con las marchas obreras), lo cual augura un repunte de la movilización en otoño, las direcciones de las grandes centrales sindicales en lugar de reforzar y amplificar tales movilizaciones bajo la consigna de huelga general, llaman a votar. Sacar a la gente de la calle para llenar las urnas es dar un paso atrás: es ir de la respuesta a la pregunta en un momento en el que se puede palpar el malestar de la gente contra las políticas de recortes. Entendemos por tanto, que la consigna debe ir encaminada a reforzar la movilización que desacredite al sistema en lugar de crear falsas expectativas sobre la  legitimación de sus mecanismos democráticos.  

            En Izquierda Anticapitalista entendemos que la movilización en la calle de la clase trabajadora debe levantar un programa en dirección contraria al que nos están aplicando y que desde el impago de la deuda y la nacionalización de la banca sea capaz de: derogar los recortes sociales y las reformas laborales, garantizar las pensiones públicas, prohibir los despidos, ampliar y democratizar los servicios públicos, nacionalizar los sectores estratégicos de la economía, elevar el salario mínimo, reducir la jornada y vida laboral a fin de trabajar menos para trabajar todxs, garantizar el derecho a vivienda, procesar a los responsables de la crisis, etc. En definitiva, se trata de construir un programa político que sea tan fiel a los intereses de lxs de abajo como fiel a los intereses de lxs de arriba lo es el programa actual de reformas.   

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