miércoles, 8 de febrero de 2012

¿Qué nos importa el PSOE? Carta a mi sobrino

Lunes 6 de febrero de 2012,

Pepe Gutiérrez-Álvarez

Hola chico, no puedo decirte mucho de los entresijos de la puesta en escena del congreso del PSOE. De entrada, porque lo más importante es quién gana, en tanto que el cómo no era muy difícil de adivinar. Ha ganado la “nomenklatura” creada por el felipismo (lo que vale decir también “El País”, pieza angular para apartar a los que pueden molestar ha aprovechado suciamente las debilidades de la señora Chacón). En el anterior se confió y se les coló Zapatero, pero ahora no permitían que lo hiciera un “Zapatero con falda”. El problema va a ser de órdago. Este PSOE está inmerso en el engranaje, y solamente puede ofrecer más de lo mismo cuando el crédito se le ha acabado. Cierto es que la derecha va a provocar estragos, pero ellos tienen un poder y una legitimidad que no tiene el PSOE. Cuentan con una hegemonía casi absoluta, y la tienen no tanto por sus propios méritos sino porque consiguió su plan B. El plan A era el del Fraga. Se trataba de legalizar primero al PSOE y mucho después al PCE y demás. Este plan falló con las movilizaciones, y se puso en marcha el B: se abrían las puertas de la legalización advirtiendo con los ruidos de sables sobre los límites. Cierto, fue necesario el 23-F para que la advertencia fuese totalmente convincente. No pudieron evitar que el PSOE ganara las elecciones, pero para hacerlo, este partido tuvo que conocer un fuerte proceso de reconversión. El PSOE de 1982 ya jugaba en otro campo diferente al que había puesto a Suárez contra las cuerdas con una moción de censura.

En la medida que el PCE (también el PTE), entraron en el juego de la Constitución, y legitimaron la única democracia “viable” (esa palabra fue clave, se vendió como una primera fase, primero esto, luego haremos lo demás, pero esa segunda etapa nunca llegó), firmaron su propia sentencia. Podrían entrar en las instituciones, pero por la puerta de servicio (Ley d´Hont), sin posibilidad de hacer nada desde dentro, si acaso en los municipios, pero eso también comenzó a declinar a finales de los noventa.

Es bastante posible que en el tiempo que viene, esa hegemonía se vea duramente afectada por la pérdida de una parte de esa base social plebeya que le ha votado creyendo que algo ganaría apostando por el caballo ganador, pero lo que es más discutible es que el mismo PSOE de los últimos años, consiga el efecto que logró en su día Zapatero con algunos gestos en el marco del gran crimen del 11-M.

Está claro que de haber ganado Chacón las cosas habrían sido muy diferentes porque más que ésta hubiera tratado de vender otro producto PSOE. Más diferencias existían sobre el papel entre el siniestro Bono y Zapatero, pero al final ha resultado que el segundo ha acabado haciendo lo que hubiera hecho el otro con menos talante. Chacón es una criatura de Felipe al que siempre ha declarado admirar, y ha tenido en éste un modelo de político que ha sabido ganar, y ha sabido enriquecerse. Ella forma parte de la misma empresa, y se ha enriquecido. Quizás en aras de otra táctica de ganarse al electorado, Chacón habría buscado el guiño al espacio 15-M. Pero sus propuestas no son para nada diferentes a las de Rubalcaba, sus propósitos son los de la misma empresa en la que también resulta accionista Cándido Méndez, al que hemos podido ver pasear su sonrisa flácida entre los barones afines a Rubalcaba.

No me creo mucho que entre los delegados exista gente con otros propósitos que lo de escalar en “lo suyo” (el cargo que se ha convertido en su “modus vivendis”, pero de lo que no hay duda es que el famoso pesebre del que hablaba Alfonso Guerra, ya no da ni dará para mucho, y eso sí que será un problema serio). Quien no ha visto de cerca lo que hay en esta base social de trepadores, no se puede hacer una idea de lo que son capaces con tal de lograr tales o cuales prebendas. Te podía contar muchas historias que darían argumentos para una farsa en la que las “ideas” o los “principios”, no son más que medios para conseguir un “chollo”. No queda nada del PSOE de los tiempos de tus bisabuelos, si acaso las fotos raídas de las fundaciones; es más, no queda tampoco del PSOE de los setenta. Los que fueron algo, hace mucho tiempo que dejaron de serlo. Es bastante probable encontrar a votantes del PSOE en una movida contra un desahucio, pero dudaría mucho en encontrar a alguien con el carné.

Eso se podía explicar con la historia del pequeño “barón” socialista del pueblo de tu madre, La Puebla de Cazalla, donde la memoria de la República estaba estrechamente ligada al PSOE (de Iglesias y de Caballero), pero en donde en 1979 ganó el PTE: Manuel Copete Núñez…Fue uno de los “zelig” de la izquierda de la época, alguien mucho más representativo de lo que puedas crear, su evolución no es muy diferente a la que conocería buena parte de la intelectualidad que dio el paso del nosotros al yo primero. Copete saltó del PTE al PCE, del PCE al PSOE, en el PSOE pasó de los “guerristas” a los oficialistas, y siempre por lo mismo: por los cargos.

No obstante, lo que pase en el PSOE sigue siendo de una gran importancia para los que estamos con los de abajo. Es así sobre todo porque de momento, y seguramente por bastante tiempo, sigue siendo la única izquierda electoralmente viable, algo que se explica ante todo por la suma de derrotas que acompañaron la “normalización” política del tramo final de la Transición, cuando la derecha de siempre debidamente remozada se llevó el gato al agua con la ayuda inapreciable de los Estados Unidos y de la monarquía, principal representante de nuestras queridas fuerzas armadas. En aquel entonces, el PSOE “renovado” logró el milagro de pasar de ser un partido sin apenas en incidencia en la clandestinidad, a llegar a plantearse ser la “casa común” de todos los náufragos de las izquierdas militantes en crisis. Los integró dándoles una oportunidad, o sea un cargo. Incluso un cargo “bonito” en el que quedar atrapado. Este método de coaptación a través de la administración está en la base de la actuación de políticos de izquierdas y sindicalistas incapaces de dar un paso en la calle en defensa de la gente trabajadora cada vez más expoliada. Hace tiempo que dejaron de crear en algo más que en los gestos simbólicos, y tienen muy claro que en la calle hace mucho frío. Y más que hará.

Pero eso no lo explica todo. Conviene recordar que el PSOE apareció en el escenario con un lenguaje casi a la izquierda del PCE, lo cual no era demasiado difícil. Su firma en los pactos no tuvieron la misma repercusión que las de Carrillo, ellos no tenían que domesticar unas bases sociales movilizadas. Su espacio quedó establecido entre la derecha proveniente del franquismo, y unas izquierdas no “viables”. Nadie soñaba modelos “socialistas” que se estaban desprestigiando a ojos vistas. Ofrecían una vía de reformas sin acritud ni convulsiones, o sea sin provocar a una derecha feroz. Tenían el referente histórico, además renovado con gente joven que podía identificarse con una izquierda bie4n educada y bien vestida. Pero su principal baza era el “Estado del Bienestar”, hacia el que se había avanzado en el curso de las movilizaciones contra el franquismo. Ahora se trataba de gestionar bien, y tú –te decía-, puedes ayudarnos al tiempo que nosotros te ayudamos. Si entras en nuestro juego puedes aspirar a salir en la foto, o sea a un sueldo que podía doblar o triplicar al que ganabas, y también al prestigio social de ser tal o cual señor, diputado, alcalde, administrador, sindicalistas negociante, intelectual doméstico, encargado de tal o cual cosa, etcétera, etcétera.

Pero esta historia se acabó, y de todo el capital electoral que habían absorbido de las derrotas de las izquierdas, queda únicamente una parte. Ya no queda nada por gestionar, la fiesta se acabó y quedan las hipotecas. Está claro que fuera del sistema no tienen nada que esperar, no pueden volver a la intemperie, y por mal que vaya, todavía quedan espacios para mantener a unos barones que no están para efectuar análisis de situación, ni para lanzarse a aventuras aunque estas sean “socialdemócratas” (aquella socialdemocracia de la segunda posguerra mundial todavía gozaba de un cierto historial de lucha, y contaba con elementos reformistas enérgicos, y el sistema tuvo que negociar con ellos para evitar males mayores), lo suyo es la poltrona, y se agarran a ella como se agarra la señora Chacón que también tiene mucho que perder.

Es verdad que tienen razones para pensar que pueden conocer una recuperación como lo han hecho en Francia o en Alemania, la derecha puede hacerlos casi bueno, y de momento no parece que vayan a ser desbordado por la izquierda, al menos no en las instituciones. Pero aún así, el pronóstico es precario, no parece que pueden encontrar de nuevo regalos como el que recibió Zapatero, aquel que dijo “No os defraudaré”. Su actitud es la propia de los empresarios que hasta ayer les fue bien, y que esperan volver a tener beneficios cuando cambien la coyuntura. Pero aquí entra otro factor en juego, ese que según la señora Chacón han minimizado. Se trata de la calle. Y realmente, eso es lo que importa. Fue la calle la que puso al franquismo contra las cuerdas de la historia. Y la perspectiva ha cambiado, movimientos como el de la “memoria histórica” evidencia que el “gran miedo” ya no tiene el peso que todavía tenía en la Transición. Entonces todavía se vivía en una fase de desarrollo económico, pero ahora la cuesta va en sentido contrario.

Felipe auguró que acabarían muriendo de éxito, pero es más posible que lo hagan como los altos cargos “socialistas” de Grecia…!Ah, por cierto!, me hablas de la familia, parte de la cual les sigue votando. No desde luego como en otros tiempos, en los ochenta te decían que les tenían que dar un voto de confianza, que ellos querían lo mismo que nosotros pero de una manera más tranquila, sin sobresaltos. En los noventa se instalaron las dudas. Luego votaron contra la derecha y con la nariz tapada, y ahora el argumento es, ¿qué otra cosa hay? A mi parecer querido sobrino se trata de discutirles esto en todas partes, en ser ofensivas en las comidas, las visitas, los bares, las escuelas, los puestos de trabajo, denunciando con datos en las manos cómo nos han vendido y cómo se han enriquecido. Eso al tiempo que se trabaja por una alternativa en la que nadie sea más que nadie…

Perdona la extensión, y un abrazo.

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