
Olivier Besancenot está en Túnez desde el martes para ver por sí mismo la revolución en curso en el país. Para el periódico en línea JDD.fr, el portavoz del NPA cuenta sus impresiones.
¿Cómo va esa estancia en Túnez?
Es algo que jamás había visto antes. Formo parte de una generación de revolucionarios que jamás ha vivido una revolución. Es la primera vez que veo un acontecimiento así, "auténtico".Estoy verdaderamente asombrado. Adoro esta efervescencia colectiva, es contagioso, entusiasmante. Mientras te estoy hablando, hay aún miles de ciudadanos en la calle, por grupos, centenares de jóvenes que cuentan los acontecimientos en Facebook y Twitter, sindicatos ultramovilizados para reclamar la dimisión del "nuevo" gobierno. Aquí, la revolución continúa.
¿Cuál es tu sentimiento ante este levantamiento popular?
La revolución es un proceso complejo, que avanza sobre la marcha y traza su propio camino. La revolución continúa pues la calle no tiene más que un objetivo: destituir este simulacro de gobierno. Actualmente, sigue siendo la oligarquía tunecina la que domina el país; la policía está en manos de los mismos, igual que el conjunto de los sectores económicos, y esto no conviene a nadie aquí. La idea de la oposición es poner en pie una asamblea constituyente para cambiar las instituciones y avanzar por un nuevo camino.
La revolución no sería pues una utopía. ¿Te da esto algunas ideas?
Si, estoy lleno de esperanzas, absolutamente (risas). Se a partir de ahora que la revolución es posible, está ahí, ante mis ojos. Además, ninguna revolución se parece a otra, no hay modelo. Cuando alguien quiere copiar, el asunto acaba a menudo muy mal… Estoy aquí para aprender, para comprender. Tomo notas en lo que concierne a la organización, la estructuración del movimiento. Es apasionante. Nosotros también tendríamos necesidad de una revolución social-democrática.
Te has reunido con una parte de la oposición. ¿La sientes dispuesta a tomar el poder?
No estoy aquí para hablar en nombre del pueblo tunecino -ha probado que no tenía necesidad de nadie para ello- pero una de las primeras cosas que me han dicho ha sido: "¡Es nuestra revolución y no queremos que nos la roben!". No se esperaban este contagio fuera de las fronteras.
¿Y tú?
Te responderé citando al realizador Ken Loach: "Las revoluciones son siempre contagiosas". ¡Lo que ocurrió ayer (martes, ndlr) en Egipto y desde hace unos días en Argelia es extremadamente importante!
¿Piensas ir a Egipto los próximos días?
No soy un globetrotter de la revolución (risas). Y tampoco estoy de peregrinación. He venido a Túnez a demanda de mis compañeros militantes, con quienes estaba en relación desde el comienzo del movimiento. Sencillamente nos habíamos puesto de acuerdo en que vendría a verles cuando tuviera sentido hacerlo. Tengo también contactos con los egipcios, por supuesto. Veremos sobre la marcha qué actitud tomar. Pero nuestro trabajo, en Francia, es luchar contra nuestro propio gobierno, nuestro propio imperialismo. No es la derecha la que va a hacerlo, está claro.
¿Y la izquierda?
¡El PS tampoco hará nada! Te recuerdo que hasta hace algunos días, Ben Ali formaba parte de la Internacional socialista… Y no solo el gobierno actual ha apoyado el régimen de Ben Ali.
¿Qué piensan los tunecinos de la actitud de Francia?
¡Están muy cabreados!. Las excusas de Sarkozy son cuentos, nadie cree en ellas aquí. En cuanto a Michèle Alliot-Marie, se ha llevado la palma. ¡Al menos podría pedir excusas, ha habido muertos aquí! Yo les he explicado que el conjunto del pueblo francés no estaba detrás de su gobierno y no avalaba todos sus actos. He oído a los medios franceses fustigar el atentismo del gobierno, pero es bastante peor que eso, ¡es la complicidad activa, concreta, económica y financiera!
¿Demandan una ayuda de Francia, como ha propuesto Nicolas Sarkozy?
No tienen la intención de vivir en autarquía, es cierto, pero no esperan nada de las autoridades francesas. No pedirán nada, han sido decepcionados.
26/01/2011
¿Cuál es tu sentimiento ante este levantamiento popular?
La revolución es un proceso complejo, que avanza sobre la marcha y traza su propio camino. La revolución continúa pues la calle no tiene más que un objetivo: destituir este simulacro de gobierno. Actualmente, sigue siendo la oligarquía tunecina la que domina el país; la policía está en manos de los mismos, igual que el conjunto de los sectores económicos, y esto no conviene a nadie aquí. La idea de la oposición es poner en pie una asamblea constituyente para cambiar las instituciones y avanzar por un nuevo camino.
La revolución no sería pues una utopía. ¿Te da esto algunas ideas?
Si, estoy lleno de esperanzas, absolutamente (risas). Se a partir de ahora que la revolución es posible, está ahí, ante mis ojos. Además, ninguna revolución se parece a otra, no hay modelo. Cuando alguien quiere copiar, el asunto acaba a menudo muy mal… Estoy aquí para aprender, para comprender. Tomo notas en lo que concierne a la organización, la estructuración del movimiento. Es apasionante. Nosotros también tendríamos necesidad de una revolución social-democrática.
Te has reunido con una parte de la oposición. ¿La sientes dispuesta a tomar el poder?
No estoy aquí para hablar en nombre del pueblo tunecino -ha probado que no tenía necesidad de nadie para ello- pero una de las primeras cosas que me han dicho ha sido: "¡Es nuestra revolución y no queremos que nos la roben!". No se esperaban este contagio fuera de las fronteras.
¿Y tú?
Te responderé citando al realizador Ken Loach: "Las revoluciones son siempre contagiosas". ¡Lo que ocurrió ayer (martes, ndlr) en Egipto y desde hace unos días en Argelia es extremadamente importante!
¿Piensas ir a Egipto los próximos días?
No soy un globetrotter de la revolución (risas). Y tampoco estoy de peregrinación. He venido a Túnez a demanda de mis compañeros militantes, con quienes estaba en relación desde el comienzo del movimiento. Sencillamente nos habíamos puesto de acuerdo en que vendría a verles cuando tuviera sentido hacerlo. Tengo también contactos con los egipcios, por supuesto. Veremos sobre la marcha qué actitud tomar. Pero nuestro trabajo, en Francia, es luchar contra nuestro propio gobierno, nuestro propio imperialismo. No es la derecha la que va a hacerlo, está claro.
¿Y la izquierda?
¡El PS tampoco hará nada! Te recuerdo que hasta hace algunos días, Ben Ali formaba parte de la Internacional socialista… Y no solo el gobierno actual ha apoyado el régimen de Ben Ali.
¿Qué piensan los tunecinos de la actitud de Francia?
¡Están muy cabreados!. Las excusas de Sarkozy son cuentos, nadie cree en ellas aquí. En cuanto a Michèle Alliot-Marie, se ha llevado la palma. ¡Al menos podría pedir excusas, ha habido muertos aquí! Yo les he explicado que el conjunto del pueblo francés no estaba detrás de su gobierno y no avalaba todos sus actos. He oído a los medios franceses fustigar el atentismo del gobierno, pero es bastante peor que eso, ¡es la complicidad activa, concreta, económica y financiera!
¿Demandan una ayuda de Francia, como ha propuesto Nicolas Sarkozy?
No tienen la intención de vivir en autarquía, es cierto, pero no esperan nada de las autoridades francesas. No pedirán nada, han sido decepcionados.
26/01/2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario