
Naturalmente
no se puede ocultar la contribución, de suma importancia, ya sea en
el plano militar como en el político-social, de las Brigadas del
ejército sirio libre, principal fuerza de oposición laica al
régimen de Bashar Al-Assad en Siria. La determinación y
organización de las fuerzas kurdas es también el fruto de estos 4
años de experiencia político-social en la región de Rojava,
liberada en territorio sirio debido a la revuelta nacida en Marzo de
2011.
Debemos
subrayar cuáles son las luces y sombras de esta experiencia, y no
sirve la tan extendida retórica un poco a manos llenas de algunos
sectores “internacionalistas” para comprender la importancia de
tal experiencia, ya sea en el plano de la liberación del territorio
por el régimen de Assad o en el intento de crear un gobierno no
sectario y abierto a todas las partes que constituyen la población
siria.
Desde el
comienzo de la ofensiva del Estado Islámico el 14 de Septiembre más
de 550 personas han muerto, 298 fueron militantes del Estado
Islámico, 236 combatientes kurdos y unos veinte civiles. Más de
12000 civiles todavía están en algunas partes de la ciudad,
mientras que el ataque sobre Kobane y los pueblos de alrededor ha
provocado la salida forzada de casi de 200.000 personas.
Ya habría
caído desde hace mucho tiempo si no fuera sido por la resistencia
organizada por la Unión democrática kurda (YPD), ligada al PKK,
Partido de los Trabajadores del Kurdistán, y sus fuerzas militares,
las Unidades de protección del pueblo (YPG), al igual que la
participación activa de al menos tres batallones de combatientes
árabes presentes en la ciudad. El 4 de Octubre el Ejército Libre
sirio también había decidido el envío de mil combatientes para
defender Kobane.
La ciudad de Kobane ha
tenido desde el principio de esta larga ofensiva militar un aspecto
muy estratégico para el Estado Islámico. En primer lugar, porque se
encuentra entre las ciudades de Cerablus y Tell Abyad, bajo ocupación
de Daesh, y su toma permitiría vincular esta zona y además la
ciudad constituye un punto de paso hacia Turquía que el Estado
islámico querría ocupar. Como tercera ciudad kurda de Siria fue la
primera en ser liberada del régimen de Al-Assad el 19 de Julio de
2012.
Kobane es el
centro de uno de los 3 cantones (con Afrin y Cizre) se han
constituido en “regiones autónomas democráticas” a partir de
una confederación de kurdos, árabes, asirios, caldeos, turcomanos,
armenios y chechenos, como dice el preámbulo de la Carta de Rojava
(nombre del Kurdistán occidental o sirio). Son éstas unas
experiencias muy interesantes de autoadministración, en particular
respecto a los derechos de las mujeres y las minorías, pero
igualmente con contradicciones, como el autoritarismo.
Esto no nos
debería impedir prestar un apoyo total a todo el movimiento de
liberación nacional kurdo en su lucha por la autodeterminación en
Irak, Siria, Turquía e Irán frente a los estados autoritarios que
los oprimen o les impiden llevar a la consecución su proyecto
político. Es por eso que también hay que exigir la eliminación del
PKK de todas las listas de las organizaciones terroristas en Europa.
De hecho, se
pueden criticar a los dirigentes del PKK o a las propias YPG por
algunas de sus políticas, pero como se ha dicho, un principio
fundamental de los revolucionarios, es que se han de apoyar todas las
formas de lucha por la liberación y la emancipación
incondicionalmente, antes de estar en potestad de criticar la forma
en que se ejecutan.
Los
bombardeos de la coalición internacional dirigidos por EEUU con la
colaboración de las monarquías reaccionarias del golfo no lograron
acabar con la ofensiva del Estado islámico desde el 23 de
Septiembre. Esto demuestra una vez más que la intervención militar
no tiene intención de ayudar a la población local, sino servir a
los intereses de las potencias occidentales imperialistas y los
regímenes directamente involucrados (Arabia Saudí y Qatar) o no
(Turquía).
Todos estos
actores tienen como objetivo poner fin al proceso revolucionario en
la región y restablecer la estabilidad con los regímenes
autoritarios que servirían a sus intereses y no a los de las masas
populares de la región. Por su parte, el gobierno turco del AKP de
Erdogan ha vuelto a mostrar su oposición a cualquier proyecto e
intento de autodeterminación kurdo que pusiera en jaque sus
intereses políticos.
El gobierno
de Erdogan por otra parte mete en el mismo saco a los kurdos del PKK
y al Estado Islámico, calificando a ambos de terroristas. A causa de
estas acusaciones, los dirigentes turcos tienen la intención de
cortar toda la hierba bajo los pies de cada una de las formaciones
kurdas que operan en su territorio o en la periferia, o por lo menos
cooptarlas.
El principal
objetivo de Turquía ha sido el de evitar la creación de una zona
autónoma kurda a lo largo de su frontera con Siria y por eso Ankara
ha hecho de la creación de una zona- tapón en Siria una de sus
principales demandas tanto a la coalición como a la comunidad
internacional, y no que el gobierno pretende controlar aquellas zonas
controladas por el ejército libre sirio que hoy están combatiendo
al lado de las fuerzas kurdas contra el Estado Islámico.
En este
mismo contexto, Turquía ha impedido y todavía impide a los
combatientes del YPG ir a Kobane a ayudar a las fuerzas kurdas en la
zona, mientras que las autoridades gubernamentales impusieron un
toque de queda por primera vez desde 1992 para las seis provincias
más pobladas del país de mayoría kurda después de las
manifestaciones más importantes en años de la comunidad kurda
contra la política del gobierno turco de no querer permitir socorrer
Kobane y negar el paso a combatientes hacia Siria.
El líder
encarcelado del PKK Abdullah Öcalan advirtió que la caída de
Kobane señalaría el final de los intentos por alcanzar la paz desde
hace dos años entre Turquía y el PKK. Recordó en el mismo
comunicado que hasta la fecha todavía quedan 8000 presos políticos
kurdos en las cárceles turcas acusados de terrorismo. La caída de
la ciudad de Kobane en manos del Estado Islámico habría sido una
doble y terrible derrota: para la autodeterminación del pueblo kurdo
y para la revolución siria.
Las regiones
autónomas democráticas de Rojava constituyen una consecuencia
directa y positiva de la revolución siria. Esta autonomía regional
mayoritariamente kurda no habría sido posible de no haber sido por
el movimiento de masas y popular desde debajo de los pueblos de Siria
(árabes, kurdos y asirios en conjunto) contra el régimen criminal y
autoritario de Assad.
Son las
mismas fuerzas populares que se opusieron a las islámicas
reaccionarias que atacaron hasta hace nada a las regiones autónomas
de Rojava. Por eso precisamente los componentes del ejército sirio
libre y del YPF han combatido juntos contra el Estado Islámico a la
vez que se sucedían manifestaciones de apoyo a Kobane en las
ciudades y barrios liberados de Siria por los revolucionarios.
La
revolución desde debajo de las masas populares de Siria, árabes,
kurdos y asirios es la única solución contra el comunalismo
religioso y el chovinismo nacionalista. La autodeterminación del
pueblo kurdo ha sido reforzada por la revolución siria y ésta debe
continuar. Es una relación dialéctica.
Una derrota
marcaría el final de la experiencia de las regiones autónomas de
Rojava y las esperanzas del pueblo kurdo de decidir su propio futuro
frente a la oposición de muchos actores: los imperialismos
occidentales y rusos, el nacionalismo turco y árabe y las fuerzas
reaccionarias islámicas. Por otro lado, el proceso revolucionario
sirio no está completo sin que el pueblo kurdo pueda participar en
la lucha con los demócratas y progresistas por una Siria
democrática, social y laica con sus propios derechos nacionales
garantizados.
Es por eso
por lo que el conjunto de los revolucionarios debemos oponernos a
todos los intentos de comprometer la autodeterminación del pueblo
kurdo y la revolución siria pues sus destinos están vinculados, ya
sea del régimen de Al-Assad, las fuerzas islámicas reaccionarias y
los diferentes imperialismos internacionales y regionales.
Todas las
formas de contrarrevolución deben tener una respuesta porque buscan
dividir a las clases populares y al internacionalismo obrero de los
pueblos en lucha por su liberación y emancipación.
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