Comenzar a trabajar en uno de los sectores más vulnerables del
mundo laboral actual como es el comercio en la Provincia de Granada,
ha supuesto la posibilidad de desplegar una acción sindical
planificada desde que tuvo lugar la firma del contrato. La realidad
en las pequeñas empresas, deja un margen prácticamente inexistente
all respeto de los derechos laborales y sindicales, en un escenario
en el que se exige una identifcación máxima con el proyecto del
empresario, sufriendo una situación de precariedad total.
Con una apariencia de vulnerabilidad total, se abren espacios de
intervención sindical que, basándose en reivindicaciones concretas
y fácilmente alcanzables, con la necesaria colectivización, nos
permite ir construyendo una base sólida para la posterior situación
de conflicto, que obligadamente se va a dar.
En el caso concreto del centro de trabajo calificable como de pequeño
comercio en el que trabajo, donde la plantilla es de 3 trabajadores a
lo sumo, no es una excepción en cuanto a la ausencia de derechos
laborales se refiere, con jornadas de 11 horas diarias, todos los
contratos en fraude de ley, una situación de abuso constante por
parte del empresario en cuanto a horario de trabajo, vacaciones,
seguridad y salud laboral, y con salarios deplorables. El hecho de
que exista una planificación a largo plazo de una lucha sindical,
implica necesariamente caso un periodo de clandestinidad en el que
se debe conocer el escenario, a lxs compañerxs que te rodean, y con
ello ir configurando una idea colectiva de las necesidades reales, de
manera que la plantilla sea más permeable a llegar a un nivel de
conciencia sobre la situación abusiva que está sufriendo.
El momento clave llegó cuando la compañera más castigada por los
abusos del empresario, tomó la iniciativa de denunciar su situación
ante Inspección de Trabajo, con la consiguiente visita al centro de
trabajo del Inspector en julio de 2015, lo cual llevó a la
regularización de los contratos, y a un nuevo escenario en el que
tras la inmediata constitución de la Sección Sindical, nos ha
permitido llevar a cabo una labor constante de exigencias laborales a
las que el empresario ha tenido que ir claudicando casi sin margen de
maniobra. Ejemplos claros como el aumento de salario, el ingreso de
la nómina en cuenta bancaria con el prorrateo de las 4 pagas extras
que establece nuestro Convenio Provincial, la negociación del
horario, el disfrute de todas las jornadas festivas, el
reconocimiento y pago de 6.000 Euros de deuda a la compañera que
interpuso la denuncia a Inspección de Trabajo en concepto de horas
extraordinarias realizadas desde su contratación, recibir cursos de
formación en materia de prevención de riesgos laborales, pasar el
reconocimiento médico anual y jornadas de descanso acordes a
Convenio, hacen ver una situación totalmente diferente a la que se
puede dar en cualquier centro de trabajo del sector, y que pone de
manifiesto la facilidad con la que una labor con orientación clara,
puede mejorar las condiciones laborales de la plantilla.
Aún así, la compañera que inició la lucha sindical ha sido
despedida recientemente, tras haber presionado al empresario ante una
reivindicación concreta relacionada con el respeto a condiciones
favorables para la salud y bienestar de la plantilla en el centro de
trabajo, encontrándonos ante un nuevo escenario para el que habíamos
venido preparándonos desde que se creó la Sección Sindical.Por
ello, se va a emprender una campaña de movilización por su
readmisión y por el respeto a los Derechos de los Trabajadores en
los sectores más desprotegidos como son el de Comercio y Hostelería.
Aún más importante es la sensación de inseguridad creada en el
empresario por conocer de primera mano lo que supone un equilibrio de
la correlación de fuerzas, que aún con el marco legal ventajoso
para los propios intereses de la patronal, puede ver su conducta
abusiva neutralizada por el factor sorpresa con el que jugamos en
estas situaciones. La experiencia sirve para hacer ver que no basta
con reaccionar ante situaciones extremas como puede ser la amenaza
de despido inminente, ya que implica mucho más riesgo que trazar
unas líneas de acción desde el primer día, que si bien en un
primer momento son de carácter defensivo, permitirán ir
introduciendo reivindicaciones que vayan generando una dinámica de
negociación directa con el empresario de aspectos mejorables
respecto a lo fijado en Convenio. En nuestro centro de trabajo por
ejemplo, hemos llegado a imponer
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