Comunicado
de Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR
Izquierda
Anticapitalista Revolucionaria IZAR queremos valorar el acuerdo de
gobernabilidad alcanzado ayer in extremis para Catalunya entre Junts
Pel sí y la CUP debido a las implicaciones políticas y sociales
que acarrean en el escenario político del estado, en el futuro de la
izquierda anticapitalista catalana y en última instancia en la
recomposición y horizonte de las fuerzas de ruptura con el régimen
del 78 y el capitalismo.
Consideramos
que el acuerdo firmado en los términos conocidos, llevado a término
para evitar un escenario electoral en Marzo, es muy negativo para los
intereses de la clase trabajadora catalana y del resto del estado,
pues asume garantizar la estabilidad y agenda legislativa de un
gobierno dirigido por Convergencia en el que la CUP, con un programa
anticapitalista y por la ruptura, queda hipotecada totalmente a una
opción opuesta diametralmente a la suya y renuncia por completo al
eje de clase, que hemos defendido que no es incompatible con el
nacional, con un plan de choque reconocido por la organización
independentista como insuficiente y que no compromete a los poderes
económicos y empresariales catalanes.
Y es que no es posible
pretender acabar con las privatizaciones, el paro, la precariedad o
la corrupción de la mano de un partido que las ha llevado a cabo en
la anterior legislatura. O lo que es lo mismo, no es posible
pretender a la emancipación nacional y de clase en Catalunya de la
mano de la burguesía por muy catalana que sea.
La
CUP ha apostado su propia organización, democracia interna y
credibilidad política en el rechazo personalizado a Artur Mas y no a
su proyecto político neoliberal que comparte mayoritariamente la
coalición Junts pel Sí. En
la portada de nuestra revista del mes de octubre de 2015 ya decíamos
que “con Mas o con CDC al mando, no habrá Catalunya de l@s
trabajador@s”. Ese es el problema. La CUP con su acuerdo crea
ilusiones sobre el hecho de que sin Mas, el futuro gobierno presidido
por CDC y la derecha catalana dejará de privatizar, recortar o robar
a la vez que llevará adelante un verdadero proceso de ruptura con el
estado español. Sin embargo eso es eso: una ilusión. CDC lo sabe y
por eso sale ganando.
Con Mas o sin él seguirá
aplicando las mismas políticas. CDC seguirá siendo,
pero las
contrapartidas de haberlo apartado suponen una “victoria moral”
para la derecha catalana y el partido CIU ,
insignia de un régimen clientelar y corrupto en Catalunya (no en
vano el nuevo president Carles Puigdemont es fiel heredero en
denuncia de corruptelas) y abrazado a
las políticas de recortes más agresivas en estos años de crisis.
Creemos que se ha pasado de la “mano tendida” a la “mano
apretada” y bien sujeta por la burguesía.
El
acuerdo torpedea el alma anticapitalista de la CUP pues le obliga a
garantizar la gobernabilidad con sus votos nunca en contra de Junts
pel Sí, apoyos que se utilizarán para redefinir un nuevo marco de
acuerdo político y fiscal dentro de la legalidad del 78. También la
firma del acuerdo los humilla por parte de la burguesía catalana al
instarles a asumir responsabilidades por torpedear el proceso de
ruptura con el estado español. El nuevo gobierno salido de la
investidura fruto de esta firma será el de una mayoría
interclasista dirigida a negociar con el estado.
Más
allá del cambio de cromos al ser inevitable que Artur Mas diera un
paso atrás (o al lado) como condición indispensable para que la CUP
continuara debatiendo, seguirá siendo la burguesía catalana la que
mantendrá el timón de un proceso soberanista sobre el que tensionar
el eje con el estado español. No hay diferencias en los intereses
entre las oligarquías políticas y económicas en Catalunya y en el
resto del estado y en los acuerdos en cómo gestionar la austeridad y
de cargar la crisis sobre las espaldas de la mayoría trabajadora.
Para
que la lucha por la emancipación nacional sirva también para la
emancipación de clase seguimos creyendo más necesario que nunca
construir un programa para romper con el sistema capitalista, y a su
vez que este proceso sea dirigido por la clase trabajadora, en total
independencia respecto a la burguesía y sus organizaciones, como es
el caso de Junts pel Sí. En Izquierda Anticapitalista Revolucionaria
IZAR seguiremos defendiendo esta perspectiva basada en la
movilización, en Catalunya y
en el resto del estado, para romper con el régimen y sus políticas
capitalistas.
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