martes, 22 de diciembre de 2015

Investidura del gobierno Catalán. Debates en el seno de la CUP.

Artículo escrito el 4 de diciembre y publicado en la revista de IZAR del mes de diciembre.

El pasado 29 de noviembre la militancia de la CUP decidió en Manresa seguir negociando con Junts Pel Sí de cara a la investidura. En una votación no decisiva, 823 personas apoyaron en una Asamblea nacional seguir negociando, mientras que 434 votaron a favor de investir a Mas y 574 apostaron por asumir la convocatoria de nuevas elecciones.

Este debate en el seno de la CUP va a ser muy importante. Se trata en definitiva de decidir si se sigue con la política de mano tendida a la burguesía catalana en el terreno de la emancipación nacional y del puño cerrado en la cuestión social o si al contrario se acaba asumiendo que no las luchas por la emancipación nacional y social están ligadas y que se tienen que llevar con total independencia con respecto a Convergencia (CDC). Poco importa entonces que el futuro gobierno de CDC esté o no presidido por Mas. El problema es la política de CDC de privatizaciones y de ataques a las clases populares catalanas más allá de las personalidades.

Las presiones están siendo importantes para hacer que la CUP vote a favor de la investidura de Mas por parte de pesos pesados de CDC como Mas-Colell (consejero de economía), Felip Puig (antiguo responsable de interior durante el 15M y actual consejero de Empresa y ocupación) o Francesc Homs principales responsables de las políticas austericidas del gobierno de Mas.

Por si esto fuese poco, también pesos pesado de la CUP están estos últimos días defendiendo que dicha organización acabe invistiendo a Mas. David Fernández antiguo diputado de la CUP defiende en un artículo que dos diputados de la CUP de 10 voten a favor de la investidura de Mas para desbloquear la situación. En contrapartida pide un compromiso por parte de CDC de llevar a cabo un plan de choque social poco definido en el que no habla por ejemplo de las privatizaciones.

La CUP se encuentra en una encrucijada importante. O seguir pensando que la lucha por la emancipación nacional y la emancipación social son dos pasos que se llevan a cabo con diferentes ritmos y por tanto seguir a remolque de la burguesía catalana aceptando que éste debe seguir dirigiendo el proceso. O por el contrario asumir que no pueden investir a un gobierno que ha recortado y que no defiende los mismos intereses de clase y por tanto disputarle a la burguesía catalana la dirección del proceso llamando a la movilización sostenida para llevar a la práctica tanto el derecho a decidir como para defender los intereses de la clase trabajadora y de la juventud.

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