domingo, 7 de julio de 2013

Del antineoliberalismo pequeño-burgués a la hegemonía anticapitalista

Contribución al congreso fundacional de SYRIZA de un militante de Izquierda internacionalista de los trabajadores (DEA)

SYRIZA, en sus primeros 2 años de existencia, como coalición de componentes políticos (2007-09), en los que su alcance electoral osciló en un promedio del 4,8%, constituyó una formación política de izquierda con una orientación claramente antineoliberal, en cuyo interior coexistieron, desde el punto de vista social, fuerzas de la nueva pequeña burguesía arrendataria y de la clase obrera de la economía capitalista privada. En esta etapa, que se distinguió principalmente por los levantamientos juveniles de Diciembre de 2008 y el programa de los “15 puntos objetivos de lucha”, el elemento dominante que se registraba en su fisionomía la hegemonía pequeñoburguesa radical con una clara orientación antineoliberal, la cual también predominaba frente a la existencia, no obstante, de una minoría de clase obrera y popular.

Sin embargo, el ascenso de las destructivas consecuencias de la sobreacumulación del capital desde el segundo semestre del 2008 y hasta hoy (caracterizado principalmente por cuadriplicar la tasa de desempleo y la liquidación de capitales fijos) a la vez que la aplicación de los dos primeros memorándums (Mayo del 2010, Febrero 2012) modificaron radicalmente el escenario político y el consiguiente papel y espacio de la izquierda radical.

El gran movimiento de huelgas de carácter obrero-popular (2010-12) y paralelamente el “movimiento de las plazas” (los indignados griegos, Mayo-Junio 2011) mostraron la rivalidad de la lucha de los sectores populares frente a las políticas de un gobierno aprendiz en prácticas de un neoliberalismo extremo, y condujeron a la deslegitimación de las formaciones políticas burguesas.

De este modo, la espectacular subida de SYRIZA al 16,8% en las elecciones de Mayo del 2012 y luego al 26,9% en la siguiente batalla electoral de Junio constituyó un hito histórico no sólo para el factor subjetivo de la izquierda radical, sino globalmente para el movimiento popular y el curso de los acontecimientos económico-sociales del país. De forma paralela a hito, tuvo lugar una segunda diferenciación trascendental que afectaba a las características sociales de este despegue electoral: se trataba de un desplazamiento masivo hacia la izquierda de la base social obrera de la histórica socialdemocracia griega, que había mantenido su adhesión al PASOK hasta la confrontación electoral de Octubre del 2009 (43,9%), y que a continuación se distanció y movió hacia SYRIZA, debido a la mutación neoliberal de las socialdemocracias, y no de sectores pequeñoburgueses influidos por las formaciones políticas burguesas.

La insistencia en el campo de la pequeña burguesía radical El resultado que dio lugar fue encontrarse con una formación política de la hegemonía pequeñoburguesa radical, con orientación antineoliberal, capaz de representar a mayoritarios sectores electorales populares (clase trabajadora del sector privado, desempleados, jóvenes sin alternativas sociales). Esto se mantuvo y continúa siendo hasta hoy el punto neurálgico y nudo de la respuesta de SYRIZA a los retos actuales de la coyuntura política y a las explosivas necesidades sociales, expectativas y exigencias.

Es decir, que pesar de que la audiencia electoral de la izquierda radical se ha ampliado al máximo hacia el mundo del trabajo y las clases populares, sin embargo ésta siguió siendo un partido de izquierda de hegemonía pequeñoburguesa radical, no pudiendo transformarse en base a su misma audiencia de clase en un partido de izquierda radical de hegemonía obrera y popular (y en gran medida anticapitalista y antisistema).

Esta debilidad inherente de SYRIZA de estar en correspondencia políticamente con las fuerzas progresistas que representó electoralmente ha permanecido como su principal característica en el último año (desde las elecciones de Junio del 2012 hasta el congreso de Julio de 2013) e influye de muchas formas en su fisionomía y prácticas:

a) A nivel organizativo, la izquierda radical, a pesar de la débil concentración de fuerzas populares, se compuso predominantemente en forma de configuraciones territoriales, con los comités sectoriales de los trabajadores tomando una dimensión marginal, lo que funciona reforzando un radicalismo pequeñoburgués y anulando el radicalismo obrero.

b) A nivel político, la intervención de la izquierda radical se erigió por excelencia hacia el debate parlamentario, que aunque necesario para la demostración y denuncia del carácter reaccionario del gobierno, es insuficiente por sí mismo ya que las mociones y propuestas de ley resultan ineficaces.

c) En el nivel de la perspectiva de la conquista del poder, tomó forma predominante un determinado diseño gubernamental electoralista, en el momento en que se registra un punto fijo demoscópico alrededor del 29%, que está con diferencia muy lejos de la mayoría, mientras que las alianzas políticas se configuran dificultosas o deficientes: el KKE las rechaza rotundamente y ANTARSYA levanta excesivas condiciones.

La otra salida, una coalición con fuerzas como ANEL y DIMAR es por un lado factible, sin embargo es inapropiada para la izquierda que SYRIZA quiere representar. Es por esto que se requiere un giro hacia un movimiento de oposición y derrocamiento del gobierno de coalición por medio de una “lucha social inflexible y sostenida”, lo que impone necesariamente a través de procesos de agitación la agrupación de toda la izquierda.

Imprimir la hegemonía anticapitalista de clase obrera

La correspondencia política, social y programática de la izquierda radical en el mismo potencial obrero y popular de envergadura electoral se distingue como esencial prioridad, tanto para responder a la cuestión de la conquista del poder como en la cuestión del relativo derrumbe del movimiento sindical obrero y a los desafíos de los sectores radicales y cambios para afrontar la crisis de sobreacumulación del capital en el terreno de la abolición de las políticas de memorándum y la exención del pago de la deuda pública, pero también al mismo nivel subjetivo de composición organizativa:

1- La transformación de SYRIZA en un partido de clase obrera, popular, radical, de carácter revolucionario y democrático, con una presencia predominante en su composición de sectores de masas de trabajadores asalariados, en coexistencia funcional con sectores del radicalismo pequeñoburgués, pero también con la huella impresa de la hegemonía radical obrera, necesaria tanto a nivel subjetivo como en una más amplia y nueva alianza de poder popular.

2- La puesta en marcha de una amplia y sistemática intervención en la dirección de un movimiento obrero y popular con el objetivo político de derrocar al gobierno de coalición y las políticas de memorándum, no sometida en exceso al parlamentarismo burgués, por medio de procesos de movimiento, que combinan la conquista democrática de la mayoría parlamentaria con una fuerte presencia subversiva y la intervención de agentes populares activos.

3- La demostración de un programa transitorio radical de la izquierda política para un gobierno que pueda responder de manera innovadora a las devastadoras consecuencias de la crisis de sobreacumulación del capital, con eje central en la socialización y control obrero activo, tanto en las empresas de interés público como en las industrias y empresas de la economía capitalista privada que se liquidan o han cerrado, mostrando la actualidad histórica socialista no como perspectiva impulsada para un futuro histórico, sino como necesidad vital del presente social.

http://rproject.gr/article/rizospas...

Traducción de Tomás Martínez para Izquierda Anticapitalista

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