viernes, 18 de marzo de 2016

Otegi sale de la cárcel.

Decía Joseba Sarrionandia (expreso vasco, el famoso “Sarri, Sarri” de Kortatu) que el ánimo de quien ha estado preso retorna siempre a prisión, la forma de entender la política y la vida cambia inevitablemente para siempre. El tiempo va cayendo centímetro a centímetro como el largo hilo de una araña que se va descolgando lentamente.

 El 1 de marzo ha sido puesto en libertad Arnaldo Otegi tras más de seis años de prisión. Mucho ha cambiado desde aquel octubre de 2009. El tiempo de su araña descolgándose contrasta profundamente con lo que ha sido la política en el Estado español durante todo ese tiempo. Ritmos acelerados que han sido marcados por una crisis que está siendo sufrida y peleada por la clase trabajadora y la juventud del conjunto del Estado español.

A pesar de los intentos del Estado español, Otegi no ha estado fuera de la vida política. Como Secretario General de SORTU, ha intervenido en los debates trascendentales a los que la izquierda se ha ido enfrentando durante los últimos años pero ahora, ya fuera de prisión, su papel en el futuro de la izquierda vasca es crucial.

Arnaldo Otegi tendrá que enfrentar algunas cuestiones que ahora mismo están polarizando al conjunto de la izquierda en todo el Estado español pero sobre todo en los territorios con realidades nacionales propias. El debate, como hemos visto principalmente en Catalunya, está en las tensiones que hay entre la cuestión nacional y las luchas por las mejoras sociales de la clase trabajadora y la juventud. El cénit de este debate se ha dado en dos situaciones clave durante los últimos meses.

 La primera y fundamental de estas situaciones ha sido el debate de investidura en Catalunya de JxS y el papel que tuvieron las CUP en estas negociaciones. Un debate en el que las CUP se veían divididas en torno a los planteamientos de soberanía nacional y el hecho de llegar a acuerdos con la burguesía que más ha recortado en los últimos años de todo el Estado. Es un debate que no viene de ahora, ni únicamente se da en Catalunya, es un debate histórico que gira en torno a las posibilidades que pueden ofrecer las burguesías nacionales en las luchas por los derechos democráticos de la clase trabajadora y la juventud. Un debate en el que se tiende a generar una falsa separación entre lo nacional y lo social, marcándolo como dos objetivos estratégicos diferenciados que se lograrán a través de luchas por etapas. Una primera etapa en la que se obtendrá la soberanía nacional en un proceso liderado por la burguesía local y una segunda etapa en la que se luchará por la liberación social. Esta separación es en su naturaleza contradictoria, ya que los procesos sociales no se dan de manera aislada y cualquier ilusión que se genere en torno a las posibilidades que puede ofrecer la burguesía para emancipar a las clases populares en una primera etapa tendrá un reflejo evidente en la segunda etapa. La burguesía sale reforzada por el simple hecho de que tiene y, si no hay un proceso independiente a ella que la confronte, tendrá, la dirección del proceso nacional y social. Todo esto en el caso de que la burguesía catalana quiera seguir dando pasos adelante en el proceso de independencia, algo que, según hemos ido viendo durante todo el proceso abierto en los últimos años, no puede asegurarse.

El segundo eje de este debate se da en torno a lo que han venido a llamarse los Partidos del Cambio (Podemos y todo su entorno municipalista). Fuerzas que han venido planteando de manera paralela la necesidad de un referéndum y la importancia de mantener España unida. Aquí hay dos debates que se entrecruzan, el primero es si los mecanismos de las instituciones del Estado español pueden permitir que se dé un referéndum de una manera verdaderamente democrática y vinculante (hay que recordar que hacen falta 2/3 de los votos en el Congreso para llevarlo a cabo, cosa impensable en un medio plazo).

El segundo debate está en que la fuerza que está defendiendo esta cuestión es la misma fuerza que ha ido construyendo y destruyendo su programa en función de la realidad táctica que tenía por delante en cada momento, cuestiones como la deuda, la salida de la OTAN, la nacionalización de la banca, etc. han ido dejándose atrás en ese viaje al centro del tablero. En un momento en el que Podemos quiere poner en dificultad al PSOE tener el referéndum como una línea roja, algo que sabemos de sobra que el PSOE no va a asumir, es una forma de escenificar que Podemos quiere pactar pero el PSOE se cierra a ello y prefiere a la derecha. Una realidad táctica distinta puede cambiar sustancialmente estos planteamientos como hemos visto en ocasiones pasadas.

Los debates son muchos y de gran importancia. La izquierda abertzale no es ajena a estos debates sino que tiene un papel fundamental en ellos y Arnaldo Otegi, por la figura que representa, será un eslabón determinante. Frente a la ilusión generada en torno el derecho a decidir a través de las instituciones del Estado español y los acuerdos con las derechas nacionales, SORTU tiene que poner delante la reconstrucción de la movilización y las luchas en las calles, los centros de estudio, de trabajo, etc. de cara a generar la presión necesaria para que el derecho a decidir y todas las demandas sociales de la clase trabajadora y la juventud den verdaderos pasos adelante.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario