
En los últimos años venimos experimentando los efectos de una política municipal que podríamos calificar, cuando menos, de antisocial.
El equipo de gobierno municipal del Partido Popular, ha desarrollado un modelo de ciudad cada día más polarizado, con un centro mimado y unos barrios abandonados; con unas calles llenas de coches y con pocos buses y pocas alternativas peatonales y ciclistas; con un cuidado exquisito de las clases con altos ingresos, sus actividades y sus preferencias, y el descuido de aquellas personas que atraviesan por problemas; con una apuesta por la especulación y la destrucción de nuestro patrimonio (Vega, Alhambra, edificios históricos...) sin mover un dedo por un nuevo modelo económico sostenible; degradando y privatizando los espacios públicos y expulsando de la calle a artistas, persiguiendo la mendicidad y la prostitución y prohibiendo el uso de la calle a la ciudadanía; jugando con el despido de cientos de trabajadores por el impago de sus deudas adquiridas con empresas y estrangulando económicamente a asociaciones y entidades que ejecutan diversos tipos de proyectos, responsabilidad del Ayuntamiento, y a las que tampoco paga.
Somos muchas personas las afectadas por esta forma de hacer política que sufrimos desde diferentes ámbitos. Aunque el problema se manifiesta de diferentes maneras, tiene una misma raíz: una gestión municipal preocupada por blindar el poder político y económico de las élites, mientras reduce nuestra calidad de vida e intenta desestructurar los movimientos ciudadanos que pueden servirle de respuesta, dejando a los habitantes de la ciudad sin cauces reales de participación y sin posibilidad de influir en las decisiones sobre nuestra ciudad.
Esta situación la experimentamos por igual personas que pertenecemos a diferentes colectivos que coincidimos, además, en la necesidad de hacer algo al respecto, de articular alguna respuesta. Habitualmente experimentamos el malestar y lo sufrimos en nuestro, más o menos, pequeño ámbito, atomizados en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, queremos lanzar a la ciudadanía activa, al tejido social de la ciudad, una convocatoria para unirnos y contestar a esta política antisocial e insolidaria.
En principio hemos esbozado una serie de cuestiones que todos/as consideramos injustas y que podrán aglutinar a una parte importante de la ciudad.
Estas, son las siguientes.
- Retirada de la ordenanza de la “convivencia”.
- Resolución de los problemas laborales originados por los impagos del Ayuntamiento a sus empresas concesionarias.
- Mejora de los Servicios Sociales y el mantenimiento de los niveles de protección social.
- Establecimiento de cauces reales de participación ciudadana.
- Pago de las diversas deudas contraídas con asociaciones, ONG´s y otros colectivos sociales.
- Aumento de la implicación y el cuidado de los barrios de la ciudad (incluyendo el diseño y aplicación de un Plan Estratégico para la Zona Norte, con la participación de sus habitantes).
- Retirada de los planes especulativos para ocupar la Vega de Granada y paralización de los megaproyectos viarios como la Autopista de la Alhambra en favor del transporte público.
- Etc…
Por supuesto, estos puntos son sólo una propuesta que habrá que matizar, modificar, ampliar,…
En los primeros contactos que estamos teniendo, la idea está siendo muy bien acogida y parece interesar a numerosos colectivos.
Como punto de partida de este “movimiento ciudadano”, hemos convocado una reunión que tendrá lugar el día 19 de Noviembre en el Centro Civico del Zaidín (Sala de los Cristales) a las 19 horas. Se trata de plantear una convocatoria común que nos identifique a cuantos más colectivos mejor, darle un poco de forma y plantear qué tipo de acciones queremos emprender.
Os esperamos el día 19 para seguir trabajando estas y otras cuestiones.
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