sábado, 21 de abril de 2012

La nacionalización de YPF: contradicciones y ejemplo a seguir


Vanesa Ares (activista estudiantil en Cádiz y miembro de la AECP), Jesús Rodríguez (economista y miembro de Izquierda Anticapitalista), Javier Zubiaur (estudiante en la Facultad de cc Empresariales) pertenecen al Taller de Economía Ernest Mandel de Cádiz

1. Los K(Kirchner) y la reabsorción de la rebelión popular conocida como “argentinazo”.

Hemos acogido con alegría la noticia de la nacionalización de YPF en Argentina. Rápidamente los medios de comunicación y los políticos profesionales del estado español han orquestado una campaña mediática contra la decisión del gobierno de Cristina Fernández. Creemos que algunos argumentos desde la razón y desde este lado del charco podrían compensar los injustos y falaces argumentos que se están utilizando en contra de tal decisión. Pero nuestra adhesión a la medida no esconde las críticas al corazón y a las formas de tal decisión.

Para empezar queremos señalar nuestra distancia con la era Kirchner (Néstor primero, Cristina después). No tenemos simpatía por los gobiernos salidos del argentinazo. Aquella revuelta contra el hambre y el saqueo económico de un país, a través de la deuda externa generada ya en la horrible dictadura militar y que fue ampliada en los gobiernos de la era posmilitar, fundamentalmente en los gobiernos ultraliberales de Ménem.

Néstor Kirchner fue la apuesta de un sector de la burguesía argentina para reconducir una situación que había generado un vacío de poder. Dicho vacío no fue aprovechado para convertir la revuelta en una revolución, es decir, un cambio en el poder que derivara a su vez en un cambio de sistema económico, político y social. La influencia de las ideas autónomas (el abandono de cualquier estrategia sobre el poder) y la debilidad de la izquierda revolucionaria hizo que poco a poco, la victoria de Kirchner transformara el famoso "que se vayan todos" en un "volvieron todos". Tras Kirchner se amalgamó un conjunto de intereses cuyo objetivo era la reabsorción del proceso abierto por el argentinazo a cambio de una cierta redistribución de rentas. Argentina ha pasado por varias fases desde entonces, apoyándose fundamentalmente en el sector del agronegocio exportador, a través de la soja, y una cierta dinámica neodesarrollista (incluyendo la megaminería contaminante), que no oculta el estancamiento salarial real en relación a la inflación y al enorme aumento de los rentas del capital. Un modelo que ha generado empleo pero que ha convertido a muchos trabajadores en modernos working-poor (trabajadores que son pobres), mientras que antes del argentinazo la pobreza tenía una relación muy estrecha con el desempleo.

2.- El papel de las privatizaciones.

La deuda externa fue utilizada como excusa para abrir un amplio proceso de privatizaciones en Argentina cuyo resultado fue la venta a precio de saldo de importantes empresas públicas de sectores estratégicos como el energético, el transporte o las telecomunicaciones. Un proceso que fue aprovechado por las multinacionales europeas, incluyendo de manera importante a las españolas, para hacerse con dichos sectores y empresas en fuerte connivencia y actuando como lobbies con los gobiernos corruptos y antipopulares argentinos. Gran parte del funcionariado que ejecutó con Ménem dichas medidas ha gestionado la relación del estado argentino con las multinacionales a través del padrinazgo de los K. El saldo no pudo ser más negativo para dicho país, pero además la gestión de las multinacionales ha agravado los problemas de la economía argentina en dichos sectores.

Aunque Kirchner heredó esta situación ha sido cómplice en sectores como el ferrocarril con nefastos resultados. El escandaloso caso de Iberia con las aerolíneas argentinas, descuartizando el transporte aéreo de ese país puede ser uno de los más llamativos.

Pero no menos discutible para los intereses argentinos han sido las actuaciones de Repsol-YPF.

3. - La depredación de los hidrocarburos

Argentina es un país dependiente de los hidrocarburos (un 90% de su energía). La gestión de Repsol ha llevado a una situación de crisis energética a aquel país. Ha pasado de ser un país con auto-abastecimiento, incluso con modestos niveles de exportación a finales de los 80, a un país importador, a tener una balanza energética totalmente desfavorable con amenazas de cortes y con un impacto en la economía real que empieza a debilitar la capacidad de compra de amplios sectores. El modelo K empieza a agotarse y la relación con Repsol a deteriorarse.

Repsol ha llevado un verdadero saqueo en los yacimientos argentinos sin ningún tipo de inversión. Los beneficios han sido sacados de Argentina sin ningún tipo de inversión en exploraciones o nuevas instalaciones. Y las reservas, por tanto, de aquel país han ido descendiendo hasta niveles verdaderamente alarmantes.

Como dice el EDI(que es una red de economistas de izquierda en Argentina): “REPSOL es el principal responsable de este desplome. Se apoderó de YPF cuando el barril que actualmente ronda los 100 dólares sólo costaba 20 y dedicó su gestión a vaciar los pozos ya descubiertos. Giró sistemáticamente utilidades al exterior e invirtió en otras regiones (EEUU, Brasil, México, Caribe, África). Argentina figuró siempre como la principal fuente de ingresos de la compañía y la renta del subsuelo nacional fue destinada a abrir negocios en otras latitudes.”

Los K intentaron virar el curso de los acontecimientos intentando generar una burguesía petrolera-gasera- argentina con el mismo resultado parasitario. Nada de anticapitalimo de los K por ninguna parte, le pese a quien le pese, fundamentalmente al Partido Comunista de Argentina, que da un apoyo deplorable a Cristina Fernández a cambio de negocios bancarios y traicionando la emergencia de un movimiento obrero y popular que está acumulando fuerzas desde abajo en oposición a las élites y burocracias coptadas por los K.

4. - La renacionalización de YPF.

La delicada situación energética del país, el fracaso del modelo privatizador, la responsabilidad de Repsol (que ha incumplido los acuerdos de reinversión de beneficios), y el intento fallido de generar una burguesía nacional ligada al sector energético, no ha dado otra opción a una Cristina Fernández, que quiere aparecer como la abanderada de un nuevo proyecto de América Latina, ocultando sus complicidades con las oligarquías. No hay convicción en la decisión sino necesidad. Por ello va a ser importante es qué condiciones se dirija la renacionalización como señalan sectores importante de la izquierda argentina como el propio EDI, el MST-en Proyecto Sur (PS está dirigido por Pino Solanas, director del famoso documental Memoria del Saqueo) o el FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores).

Así para estos sectores es importante hacer una auditoría de la empresa en la que quede reflejado el saqueo real al que han sido sometidos los recursos argentinos, los beneficios empresariales obtenidos y las capacidades de expansión de Repsol obtenidas por no reinvertir en Argentina y hacerlo en nuevas infraestructuras por el continente americano. Cualquier indemnización será un mal ejemplo y no permitirá al pueblo Argentina contar con los recursos necesarios para superar el déficit energético en el medio plazo y planificar un cambio hacia energías renovables en el largo. Así mismo una indemnización por la cuantía que piden los dirigentes de Repsol (8.000 millones de euros) tendrá un impacto social muy regresivo en las clases populares argentinas.

Por otro lado YPF debe optar también por nacionalizar la participación de capital privado argentino, ya que los propietarios del mismo funcionan con criterios parasitarios amparados por Cristina, pero además, como señala el economista Claudio Katz (integrante del EDI) una nueva política energética en Argentina no puede realizarse bajo los mecanismos de rentabilidad cortoplacista que impone el capital privado. Las inversiones necesarias no se llevarían a cabo o no en la dimensión necesaria.

5. - Sigamos el ejemplo, nacionalización también aquí.

En este momento de importante crisis económica, ecológica y energética, el debate abierto en Argentina es de suma importancia para las clases trabajadoras del estado español. Necesitamos una inversión de 3 billones de euros para cambiar nuestro modelo energético y parar el cambio climático. Esta inversión es imposible bajo los parámetros de rentabilidad que dirigen la vida bajo el capitalismo. Necesitamos parar la alocada e injusta subida de los precios de la energía en nuestro país impuesta bajo la falacia del déficit tarifario de las compañías eléctricas. Necesitamos racionalizar un sistema que funciona sin aprovechar los recursos energéticos que brindan las ciudades y las energías renovables porque gran parte de la energía podría ser provista por los mismo consumidores en la red, compensando y abaratando el precio que ellos pagan y reduciendo los enormes beneficios de las energéticas y las eléctricas. Por ello necesitamos apoyar medidas de renacionalización, bajo control social a diferencia de la propuesta por Cristina F, de las compañías energéticas y de las productoras y comercializadoras de energía en cualquier parte del mundo. Porque de no hacerlo nuestro planeta está en juego, pero además quienes primero pagarán con enormes facturas seremos las clases trabajadoras con el amparo de gobiernos como el de Rajoy (y antes ZP). La nacionalización en Argentina abre la vía del debate público también aquí. No necesitamos pagar enormes beneficios al capital privado para mantener nuestro sistema energético. Y además sí necesitamos de un cambio urgente de modelo energético que requiere salirse de la lógica del capital privado.

Un paso en Argentina es un paso en cualquier parte del mundo y por eso nuestros políticos profesionales y medios de comunicación tienen miedo. Y por eso nosotros apoyamos estas medidas.

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