Lunes 30 de abril de 2012,
Liga de la Izquierda Obrera
Ni un día pasa sin el desencadenamiento de nuevas movilizaciones y
nuevas luchas. Pues la resistencia popular no ha decrecido a pesar del
aparato represivo, la marginación y el desprecio impulsados no solo por
el aparato del estado contrarrevolucionario sino también por todos los
partidos sedientos de poder, que olvidan el proceso revolucionario y los
objetivos a realizar por esta revolución.
La situación está particularmente deteriorada para los habitantes de
las regiones pobres y los trabajadores de ciertos sectores abandonados
por las autoridades. Lo mismo ocurre en el caso de los parados, las
mujeres, los jóvenes, cuya situación necesita un tratamiento urgente y
revolucionario del que son incapaces el gobierno islamista y liberal de
una parte, y el aglomerado RCD/modernista de otra, constituido alrededor
de Beji Caid Essebsi y apoyado por una “oposición” en declive
-descendiente del movimiento demócrata y de la izquierda tradicional.
La bipolarización reaccionaria renaciente (desturianos -antiguo
partido gobernante/islamistas) bajo su forma bruta intenta más que nunca
descartar a las fuerzas revolucionarias y populares de la lucha por el
poder, atacar a la autonomía y la radicalidad del movimiento obrero en
particular al movimiento sindical, para utilizarlo de nuevo como apoyo y
cómplice en la lucha por el control de los mecanismos del poder.
Ciertamente, el nacimiento y la propagación de fuerzas de resistencia
populares en diferentes sectores y diferentes regiones crean el clima
necesario para enfrentarse a esta bipolarización mandando a cada uno de
sus actores al rincón de los enemigos de la revolución detestados por el
pueblo. Pero la división de las fuerzas de izquierda de una parte y la
neutralización de la UGTT -principal fuerza determinante para las
movilizaciones populares y obreras- de otra, llevan continuamente a los
dos polos reaccionarios al primer plano, como únicas alternativas
posibles para el pueblo.
Desde su toma del poder, la coalición islamo-liberal ha comprendido
que la UGTT era la única fuerza capaz de cristalizar un polo obrero y
popular independiente y opuesto a los dos polos reaccionarios que se
disputan el control de las instituciones del estado. La UGTT es en
efecto la más apta para movilizar y organizar a los trabajadores y para
intervenir de forma determinante en las movilizaciones populares. Es
también la más apta para operar la convergencia de las luchas populares y
movilizaciones de las asociaciones y organizaciones feministas y de
juventud, de los partidos de izquierda y demócratas. Por otra parte,
supera a todas las organizaciones políticas y a todos los dispositivos
activos en la escena política, en legitimidad histórica y en
credibilidad entre los trabajadores, la juventud, las mujeres, los
habitantes de las regiones del interior y de los barrios populares que
han vivido la revolución y constatado la prestación determinante de los
sindicalistas que han sabido influir con toda su fuerza en la lucha, así
como la importancia de las estructuras, los locales y los medios de la
UGTT en el movimiento revolucionario.
A pesar de la serie de complots complejos y de múltiples actores, el
proceso revolucionario sigue en pie. Necesita hoy la mayor claridad en
el análisis político y en la identificación de las fuerzas capaces de
proseguirle hasta la realización de sus objetivos. Y son dos tareas
ligadas e interdependientes. Pues las urgentes reivindicaciones
populares que han alimentado la revolución siguen sin respuesta. Y su
realización sigue condicionada a la construcción de un polo obrero y
popular cuyo centro de gravedad, el garante de su unidad y de la
cristalización de su fuerza sería la UGTT. Las fuerzas de izquierdas y
demócratas reunidas alrededor de la UGTT y unidas en su seno serán el
motor principal de este polo obrero popular.
El polo islamista con sus salafistas y sus pseudo liberales y el polo
desturiano que reaparece en la escena política trabajan a favor de más
proyectos capitalistas cada vez más salvajes, acentúan las políticas de
dependencia y de sumisión a las potencias imperialistas. En este marco,
el polo obrero popular concretará las reivindicaciones y las tareas
revolucionarias urgentes, en particular la recuperación de los bienes
mal adquiridos y la llevada a los tribunales de los criminales y
ladrones de los bienes públicos, la puesta de los bienes recuperados
bajo control de los trabajadores y de la población vía estructuras de
poder popular elegidas a los niveles local, regional, sectorial y
nacional. Se tratará también de tomar medidas inmediatas para garantizar
una renta estable a todos y tratar a fondo a las cuestiones del empleo,
de los servicios públicos que habrá que desarrollar y cuya gratuidad
habrá que garantizar; de anular las deudas públicas y poner a los
sectores y los recursos estratégicos bajo control popular y prohibir su
privatización; de anular los acuerdos que consagran la dependencia y el
pillaje capitalista de un lado, y la sumisión al imperialismo y al
sionismo del otro.
Un polo así, que se comprometería en favor de las tareas
revolucionarias y de las movilizaciones populares sería capaz de
derrotar a los dos polos reaccionarios y contrarrevolucionarios
cualesquiera que sean los apoyos financieros mediáticos y policiales de
que gocen. Un polo así es posible realizarlo y cristalizarlo si la
izquierda sindical con todas sus componentes pudiera convencerse de que
nuestros esfuerzos son vanos mientras no hayamos superado las divisiones
injustificadas y en tanto que no apartemos a la UGTT de la
participación activa en las citas políticas en general y electorales en
particular. Construyendo este polo obrero popular, el movimiento
revolucionario encontrará su dinamismo y realizará grandes pasos hacia
la realización de sus objetivos.
20/04/2012
http://www.lcr-lagauche.be/cm/index...
Traducción: Faustino Eguberri
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