
Comunicado de Izquierda Anticapitalista
El mes de septiembre se va a iniciar tras el impacto de las medidas
de recorte aprobadas en julio por el gobierno de Rajoy, con un montante
de 56.400 millones de euros, y que recaerán sobre el personal
funcionario, las personas dependientes, la gente desempleada y sobre el
conjunto de la población por la vía del aumento del IVA. Como casi
siempre, serán golpeados con mayor dureza jóvenes y mujeres. Además,
tras el rescate bancario, un rescate total del Estado español parece ya
inminente y se podría concretar a lo largo del mes.
Las respuestas a los ataques gubernamentales y a la situación de
crisis no han dejado de producirse y se han prolongado a lo largo del
verano, aunque adoptando formas fragmentarias y dispersas. Los sectores
que ya han entrado en lucha son amplios: enseñanza, sanidad, transporte,
administración pública, minería... Y las movilizaciones sectoriales que
ya han tenido lugar son sólo el anticipo de las que vendrán el próximo
otoño, algunas de las cuales ya tienen fechas fijadas para su inicio.
Fragmentación de las luchas. El plan de acción de CCOO y UGT.
Sin embargo, todas estas luchas sectoriales tienen sobre sí la losa
de la extrema fragmentación con que se desarrollan. La Huelga General el
29M y la Huelga Estatal de Enseñanza del 22M fueron momentos
importantes y muy positivos de centralización, aunque sin duda
insuficientes. El plan de acción que para los próximos meses han
diseñado los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT, contempla una serie de
movilizaciones y actividades de ámbito estatal- marcha a Madrid del 15
de setiembre, Cumbre Social, referéndum ciudadano sobre la política de
recortes e incluso, aunque esto aun no se ha concretado, una posible
Huelga General en noviembre -que han de servir sin duda para centralizar
la lucha pero que siguen siendo, tanto en sus horizontes temporales,
como en sus formas y contenidos, extremadamente limitados. Llama por
ejemplo tremendamente la atención que en la Declaración de la Cumbre
Social que se reunió por primera vez en julio pasado no se haga
prácticamente ninguna referencia a las cuestiones de la deuda y del
papel que juega la banca en generarla y ni mucho menos a las medidas que
se deberían adoptar para solucionar ambos problemas. Parece así que la
crisis tuviera poco que ver con este asunto, cuando se sabe que es de
capital importancia. Con este precedente, es del todo legítimo
plantearse dudas respecto a la corrección de las preguntas que pueden
utilizarse para llevar adelante la consulta ciudadana sobre las
políticas de recortes.
Por otra parte, existe el peligro de que el referéndum sobre la
política de recortes se plantee como una acción en buena medida separada
de los procesos de lucha, de coordinación y de autoorganización en los
centros de trabajo que son los imprescindibles en estos momentos. En
este caso, nos encontraríamos con una medida que, más que ayudar a poner
en marcha un proceso de movilización amplio, lo que haría es frenarlo.
Hay que prestarle mucha atención a esta posibilidad y hacer todo lo
posible para que no se haga efectiva.
Con respecto a la posible Huelga General en noviembre, nuevamente
aparece como una convocatoria que no se define con suficiente claridad y
anticipación (aparece incluso sólo como un rumor que se difunde entre
la clase trabajadora pero no de manera explícita en textos y
declaraciones) ; bastante al margen del conjunto de las movilizaciones
sectoriales (con las cuales debería coordinarse y éstas entre sí para
trazar un plan de movilización a medio y largo plazo); y separada de
otras convocatorias similares como la HG del 26S en Euskadi, señalando
que la fragmentación no sólo tiene lugar entre los diferentes sectores
sino también entre los diferentes ámbitos nacionales.
25S “Ocupar el Congreso”
La iniciativa “Ocupa el Congreso” del 25S, puede ser otro momento
importante de centralización, siempre que finalmente pueda superar los
graves problemas que tuvo en sus inicios. La constitución de la
Coordinadora #25S en Madrid , en la que han participado numerosas
asambleas y nodos vinculados al 15M, parece haber desbloqueado el
proceso. Quedan por definir las formas concretas que adopta la acción,
que no debería pretender ser excesivamente ambiciosa en este sentido; y
sus contenidos, que no pueden limitarse a lo estrictamente político sino
que han de plantear también alternativas básicas, económicas y
sociales, a la crisis. Si esta acción consigue encauzarse
definitivamente, sea mediante una única convocatoria en Madrid o con
convocatorias en los diferentes parlamentos autonómicos, puede servir
para dar también nuevo impulso al movimiento del 15M y para favorecer su
coordinación, que tantas dificultades ha tenido hasta ahora.
Coordinación de las luchas y objetivos
Existen dos cuestiones en las que es preciso avanzar rápido para
poder luchar eficazmente contra la crisis y las políticas de recortes.
La primera de ella es la coordinación entre las diferentes luchas
sectoriales, incluyéndolas en un plan de acción a medio y a largo plazo
del que formen también parte las convocatorias centrales como Huelgas
Generales y otras. Tal perspectiva de coordinación tampoco debería
perder de vista la necesidad de extenderse al conjunto de Europa, o por
lo menos a los países más golpeados ahora mismo por la crisis, los
recortes y la deuda. La perspectiva de una Huelga General en los países
del sur de Europa debería estar ya en la agenda inmediata de todos los
sindicatos, grandes o pequeños. Habrá que ver el papel que pueden jugar
en ello el Foro Florencia 10+10 de noviembre, del que podrían surgir
convocatorias de manifestaciones europeas para enero o de una gran
manifestación en Grecia en abril.
La segunda cuestión a considerar son los objetivos a plantearse. Hay
que atacar de manera frontal el problema de la deuda (sin olvidar que
ésta es fundamentalmente deuda de bancos y empresas), con todas sus
implicaciones: expropiar a la banca y crear un monopolio bancario
público bajo control social, detener el fraude y las operaciones
especulativas... además de reformar la fiscalidad; derogar las leyes
sociales y laborales regresivas y poner en marcha un modelo productivo
ecológicamente sostenible. En lo político hay que acabar con la
corrupción y construir una democracia realmente participativa y
desprofesionalizada. Hay que avanzar también en la defensa y ampliación
de los derechos de las mujeres, que la ofensiva neoliberal pretende
hacer retroceder de manera importante.
Bloque social y político alternativo
Pero ni la planificación y coordinación de las luchas, ni los
objetivos coherentes para poder salir de la crisis parecen estar en la
agenda de los sindicatos mayoritarios. Por ello es muy importante
avanzar en la coordinación de las fuerzas sindicales, sociales y
políticas que puedan estar dispuestas a trabajar en esta dirección. Tras
la última reunión estatal celebrada a finales de agosto en Madrid con
organizaciones como CGT, Ecologistas en Acción, Juventud sin Futuro,
Plataforma de Afectados por las Hipoteca o Izquierda Anticapitalista,
entre otras, parece que se han dado pasos adelante en esta dirección y
que en el 15S puede tener presencia un bloque alternativo de
considerable magnitud. Pero la coordinación entre las fuerzas de este
bloque no puede tener un objetivo tan limitado, ha de mantenerse en el
tiempo y avanzar en su propia construcción, tratando de influir todo lo
posible en la evolución de los acontecimientos y presionando en todo
momento a los dubitativos sindicatos mayoritarios.
Izquierda Anticapitalista se implicará, como ya ha venido haciendo,
en todas las luchas contra la crisis y los recortes, tanto en las
locales y sectoriales, como en las centrales del 15S y del 25S. Nos
jugamos mucho y es preciso hacer acopio de fuerzas.
Izquierda Anticapitalista
2-9-2012
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