Hace
un año la mitad de la miltancia andaluza de Anticapitalistas fue
expulsada de dicha organización en unas condiciones antidemocráticas
dignas de otras corrientes políticas. El motivo: defender en el seno
de Anticapitalistas que era necesario diferenciarse, dentro de
PODEMOS, de la orientación de su dirección tanto en términos
democráticos como en términos políticos. Ese debate se hizo
concreto cuando en las elecciones internas para el Consejo Ciudadano
Andaluz Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias pusieron en marcha un
pacto para dirigir PODEMOS Andalucía juntos, eso sí con mayoría
para los afines a Pablo Iglesias. Lejos ya de intentar reagrupar en
el seno de PODEMOS mediante la creación de alguna corriente que
propusiese otra orientación política, la mayoría de la dirección
estatal de Anticapitalistas prefirió pactar con Pablo Iglesias y
hacer público en palabras de Teresa Rodríguez que “las
diferencias con Pablo Iglesias no son políticas sino organizativas”.
De esos polvos, esos lodos.
La
mitad de la militancia que representaba por aquel entonces a la
mayoría de los órganos de dirección de Anticapitalistas Andalucía
decidió poner en práctica su orientación mediante una votación
mayoriatira en dichos órganos. Ahí se creo Andalucía desde Abajo
con otros sectores críticos de PODEMOS para defender elementos
políticos necesarios para luchar consecuentemente contra la
austeridad. Elementos programáticos como el no pago de la deuda, la
reforma agraria, la expropiación de las viviendas vacías de los
bancos, los despidos 0, la nacionalización de la banca fueron
defendidos públicamente por dicha corriente a la vez que insistía
sobre los límites de las instituciones y sobre la manera de imponer
un programa coherente parea l@s de abajo: la movilización sostenida
de las clases populares. Para ello siempre defendimos la necesidad en
PODEMOS de una organización militante en la que las bases mediante
los círculos participaran de las decisiones políticas e
intervinieran en las luchas en sus centros de trabajo, de estudio o
en sus barrios. En lugar de eso, PODEMOS se ha convertido en una
organización exclusivamente institucional, sin vida por abajo, en la
que las decisiones son tomadas por los cargos electos y poco más. Lo
cual tiene sentido si el objetivo es presionar a los partidos
tradicionales para llevar a cabo un nuevo consenso, una segunda
transición que como la primera no acabe con los pilares de un
sistema injusto que se basa en la acumulación de las riquezas por
una minoría privilegiada. Esta vez, queremos que cambie todo. Y para
eso, no existen los atajos. Nuestras vidas no cambiarán negociando
con la Troika o con los partidos del régimen sino enfrentándose con
este sistema que provoca paro y miseria para la mayoría de la
población. Este planteamiento es más complicado pero es el único
viable si queremos dar respuesta a las legítimas aspiraciones de las
millones de personas que votaron por un verdadero cambio.
A un
año vista, podemos decir que la expulsión no ha provocado que
dejemos de hacer política. Todo lo contrario. Creamos IZAR, y
decidimos seguir construyendo la movilización y un discurso político
claramente independiente de los que pregonan como solución una
salida reformista a la crisis del capitalismo. Con nuestras fuerzas,
seguimos defendiendo la necesidad, para luchar contra las políticas
de ajuste que están por venir, de retomar la movilización de la
clase trabajadora y de la juventud. No como fetichismo, sino como la
mejor herramienta para aumentar el nivel de conciencia y como mejor
forma para acabar planteándose otro modelo de sociedad. Hay que dar
confianza en la fuerza que tenemos los de abajo cuando nos ponemos en
movimiento y nos enfrentamos a los de arriba por la defensa de
nuestros intereses.
Para
fortalecer tanto esas movilizaciones como para estar en mejores
condiciones para visibilizar un discurso anticapitalista y
revolucionario como única forma de acabar con la austeridad, IZAR
está apoyando la iniciativa “No hay tiempo que perder” juntos a
otras corrientes políticas de la izquierda anticapitalista, a
sectores críticos de PODEMOS y a numerosos activistas sociales y
sindicales. Se trata de explorar la posibilidad de ofrecer otra
salida a la crisis del sistema más allá del reformismo y de
propuestas de gobiernos de “izquierdas” junto al PSOE. Con ese
objetivo acudiremos al encuentro estatal de “No hay tiempo que
perder” el próximo 2 de abril en Madrid. Del mismo modo que
apoyaremos todas las movilizaciones que se vayan construyendo en los
centros de trabajo o de estudios y en nuestros barrios.
A un
año vista, la expulsión queda lejos, mientras tanto... seguimos en
la brecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario