
Al finalizar el primer congreso del NPA, las cuatro plataformas de orientación realizan un primer análisis y proposiciones para el futuro del partido situándose en las luchas y las elecciones que están por venir.
Posición 1
Sobrepasar la división, reagrupar el partido.
Al finalizar los congresos locales, ninguna posición ha recibido un apoyo mayoritario claro. En primera posición, pero con menos del 50% de los votos, la posición 1 tenía sin embargo la responsabilidad de hacer propuestas a tod@s l@s delegad@s para intentar superar las divisiones. Ese era el sentido del proyecto de declaración pública que sometimos a debate. Sin embargo eso no pudo materializarse y lo lamentamos. Este primer congreso nacional del NPA ha sido vivido difícilmente por una amplia mayoría de los delegados y de los militantes. Es ahora fundamental tomar el tiempo necesario para un debate en profundidad con el fin de establecer las modalidades de un debate interno satisfactorio. El NPA es seguramente el partido más democrático que exista en el panorama político pero su funcionamiento es claramente mejorable: hay que ponerse a la tarea tod@s junt@s.
Debemos seguir afianzando el partido y desarrollar sus estructuras departamentales, regionales, creando lazos entre esas estructuras, la dirección, las comisiones y desarrollando nuestra implantación en sectores determinantes como son la juventud, los barrios populares y las empresas.
A pesar de todo esto, la situación política y social, ardiente en más de un caso nos invita más que nunca a reagruparnos.
Para participar en las luchas contra las políticas de austeridad drásticas que apuntan a hacer pagar la crisis a la mayoría de la población, para participar a la solidaridad concreta con las revoluciones que se propagan en el mundo árabe, son necesarias todas las fuerzas del NPA y no hay divergencias entre nosotros en torno a esos objetivos.
Defendemos respuestas anticapitalistas y antiproductivistas a las crisis y habrá que defenderlas en las luchas pero también durante las próximas citas electorales. El congreso ha enunciado las campañas que el NPA debe llevar a cabo contra el G8/G20, contra la ley sobre la reforma de la Seguridad social, contra el racismo, en solidaridad con el pueblo palestino…hace falta ahora concretarlo.
Mientras que la derecha sigue su ofensiva antisocial y recorta las libertades públicas, el PS prepara la alternancia. Este partido no es para nada un amparo contra la ofensiva actual del gobierno. Cuando sus homólogos están en el poder en España o en Grecia, las mismas políticas neoliberales son llevadas a cabo. Sea cual sea el candidato que salga vencedor de las primarias socialistas, su programa es incompatible con el de una izquierda consecuente. Es por ello que hay que seguir en la vía de la construcción de un movimiento anticapitalista claramente independiente al PS. Hay que hacerlo estando abierto a demarcaciones que vayan en ese sentido. Pero hay que hacerlo sin descanso, sin abandonar una ventaja real por una ventaja ilusoria, incluso cuando el viento sopla de cara. En junio, en función de la situación, el NPA decidirá las formas de su presencia en 2012. Pero estará presente.
Hay que decepcionar, de inmediato, a los que sólo sueñan con enterrarnos. Porque hay necesidad de que un máximo de militantes anticapitalistas actúen a diario contra todas estas injusticias, por la ruptura con este viejo mundo, para que la vida de todas y todos acabe siendo apasionante, sigamos el proceso fundador. Continuemos el combate!
Posición 2
Girar el partido hacía el exterior, construir el NPA.
La constatación es evidente: hemos vivido un congreso de crisis, al que se le ha sumado un sentimiento de despilfarro. Pero aún es necesario entender las causas e indicar, a pesar de todo, las pistas que nos permitirán dar al proyecto NPA una nueva dinámica.
Comprender lo que ha ocurrido en el congreso, es en primer lugar tomar el pulso de los daños provocados por la crisis de dirección desde hace un año y medio sin refugiarse detrás de falsos pretextos, denunciando de manera confusa tanto el juego de las tendencias (a los demás, evidentemente…) como la complejidad de los debates, los cuales no han hecho más que reflejar desacuerdos reales, no sencillos de superar.
Pero era posible, sin embargo y a pesar de todo, empezar a superar nuestra parálisis. Habríamos podido, concretamente, trabajar seriamente para un llamamiento común a partir de lo que une y no de lo que divide, como lo han hecho la P3 y la P1, poniendo cada una de esas dos posiciones el tema de las elecciones presidenciales en el corazón de su proyecto, lo que evidentemente no podía desembocar a ningún tipo de acuerdo. La propuesta que hicimos estaba destinada a paliar dicho obstáculo y merecía sin duda que el congreso se hubiese detenido algo más…
También habría sido acertado no haber añadido más leña al fuego con la religión, un debate efectivamente importante pero no hasta el punto de tener que suscitar una nueva conferencia nacional la cual, añadida a la de las presidenciales en junio, no hará más que acentuar el repliegue del partido sobre sí mismo sin darle los medios de superar los desacuerdos existentes.
La prioridad hoy es girar el partido hacía el exterior, en un momento en el que el gobierno y la patronal vuelven a la ofensiva en contra del mundo del trabajo, de los parados, de los precarios, del conjunto de las clases populares; en un momento en el que el soplo de las revoluciones en los países árabes aparece como una promesa y una esperanza, más allá de las orillas del mediterráneo. Es la razón por la cual hicimos dos propuestas en el congreso:
- La primera respondía a la necesidad de llevar a larga escala el debate de las ideas sobre la crisis y sobre el anticapitalismo. Los desacuerdos entre los diferentes textos siguen siendo importantes. Pero es a lo mejor posible- eso tiene aún que verificarse- explorar la posibilidad de un folleto redactado en común cogiendo lo mejor de nuestros textos, dirigiéndose a un público amplio.
- La secunda responde a la necesidad de movilizar el partido sobre tareas inmediatas, pero evitando producir una catálogo sin jerarquía o un agenda para militantes, pero más bien avanzando la idea- como lo hemos escrito en nuestro proyecto de llamamiento- de “proponer una campaña para reagrupar las fuerzas del mundo del trabajo alrededor de reivindicaciones esenciales para éste: por un aumento general de 300 euros, por la prohibición de los despidos, por la abrogación de todas las medidas que han sido tomadas contra nuestras jubilaciones, el hospital público y la seguridad social…” esto responde a la situación actual.
Para removilizar el partido- sin negar las divergencias- debemos contribuir útilmente en la removilización de nuestra clase sin esperar 2012. Es posible desde ahora.
Posición 3
Estamos aún a tiempo…pero estamos a contrarreloj.
Dos años después de su creación, el NPA se ha considerablemente debilitado y conoce una grave crisis. Numerosos militantes están desorientados. La propia existencia de nuestro partido y de su proyecto fundacional – un partido amplio, abierto, unitario, pluralista- está amenazado.
¿Se habrá convertido el NPA en un partido cuyo único objetivo es construirse? Un partido del que ya solamente se habla para subrayar su idea persistente de permanecer sólo e ignorar la realidad, ciertamente compleja, de la izquierda radical.
¡Hay que romper con un aislamiento destructor!
Pensar que solamente se trata de una “crisis de adolescencia” es un error, creer que en poco tiempo algunas movilizaciones sociales y una dosis de voluntarismo podrán resolver nuestra crisis es una ilusión. Lo demuestran el potente movimiento contra el ataque a las jubilaciones que no nos ha permitido ni detener la hemorragia militante ni dotarnos de una orientación coherente para dirigirnos verdaderamente a “todos los que no se resignan en nada”. Pero sería también olvidar que el proyecto fundacional de nuestro partido respondía a una aspiración radical y unitaria que ya se había expresado en los años anteriores, en las movilizaciones sociales y durante la campaña contra el proyecto de constitución europea.
La crisis del NPA nos conduce a su orientación: el rechazo por dirigirse a las fuerzas de izquierda que se afirman en ruptura con la orientación social liberal del PS ha sembrado la duda para aquellos que se giraron hacia el NPA buscando construir nuevos caminos para transformar radicalmente la sociedad. Sin hablar de un “nuevo” partido que ha tenido las mayores dificultades para integrar tradiciones militantes diversas en sus modos de funcionamiento.
¡Cuanto tiempo perdido y cuantas energías militantes despilfarradas!
Con la crisis financiera, el capitalismo acelera la destrucción sistémica de los derechos sociales, de las libertades democráticas y del medioambiente. Las derechas ultraliberales y neofascistas se alían. En algunos países ya no existe ni la izquierda. Si el soplo de las revoluciones que abrasan el otro lado del Mediterráneo sacude la vieja Europa, forzados estamos de constatar que la potencia, a veces inédita, de las movilizaciones sociales no logra detener las destrucciones en curso.
Por tanto el tiempo nos está contado.
Es urgente que el NPA rompa con una política a menudo guida por el mantenimiento de los equilibrios internos y por cálculos a corto plazo. Es urgente reagrupar una mayoría en el partido entorno a una orientación unitaria que responda a las necesidades del periodo. Es urgente que los anticapitalistas vuelvan a pesar sobre el transcurso de los acontecimientos. No se trata de bajar los brazos. Apelamos a todos los camaradas que comparten este punto de vista a reagruparse para defender juntos la necesaria y posible reorientación del NPA hacía un partido amplio, abierto, unitario y pluralista y para intervenir en los debates a la izquierda del PS o en relación con las fuerzas del movimiento social que desee tomar iniciativas.
Posición 4.
La crisis del partido prosigue, pero el combate por un NPA proletario y revolucionario progresa : más que nunca ¡continuamos !
Crisis del capitalismo, resistencias en Europa, movimiento histórico contra la reforma de las jubilaciones aquí, levantamientos revolucionarios en los países árabes: ¿qué contexto sería más favorable para volver a lanzar el NPA, para forjar un partido revolucionario e internacionalista?
Sin embargo el congreso no ha hecho más que agravar la crisis del partido. La dirección (P1) no es más que la primera de las minorías. Ha rechazado un verdadero balance mientras que el NPA ha perdido miles de miembros, no se ha implantado en los sectores claves del proletariado y no ha sabido ganar a la vanguardia del otoño. En lugar de zanjar las cuestiones estratégicas debatidas desde hace meses, ha mantenido su línea confusa e indecisa, presentada como un punto intermedio entre la P3 demasiado sensible a las sirenas del Frente de izquierda y la P2 y la P4 supuestamente “aislacionistas”.
En realidad, la P1 comparte con la P3 un programa que roza con el reformismo, con unas “respuestas a la crisis” cuyos ejes son un “gobierno al servicio de la población” para “una transición ecológica y social”. Pero la P3 tiene, al menos, el mérito de ser coherente preconizando un frente permanente con el Frente de izquierda.
Al contrario, nuestra P4 ha defendido un programa de transición el cual, partiendo de las reivindicaciones inmediatas, defienda el objetivo de un gobierno de los propios trabajadores, únicos en capacidad de satisfacerles de manera seria y duradera mediante la expropiación de los capitalistas, la liquidación del Estado burgués, el socialismo. De ahí que sea una estrategia incompatible con la de los reformistas: mientras que apuestan por las urnas y por las instituciones, nuestra prioridad es la lucha de clases y la autoorganización. Mientras que las direcciones sindicales y el Frente de izquierda se han opuesto a la huelga general mediante sus “días de acción” sin perspectiva, ésta es nuestro objetivo central para vencer a Sarkozy sin contar en el 2012 y el PS. Contra toda “unidad” programática con los reformistas, el verdadero frente único obrero presupone reivindicaciones claras para movilizar a las masas e incluye la independencia del partido, el deber de denunciar los impasses reformistas.
En las luchas como durante la preparación del congreso se han confirmado nuestras diferencias, pero también nuestras convergencias con los camaradas de la P2. Proponen reorientar el partido dando la prioridad a las luchas, oponiéndose al electoralismo de la dirección y reivindicando el proyecto de un NPA revolucionario. Pero al mismo tiempo los dirigentes de la P2 han afirmado durante el congreso que sus divergencias con la P1 no eran tan grandes y le han propuesto constituir una mayoría común sobre bases mínimas confusas. El rechazo de la P1 ha llevado a la P2 a mantener su propio llamamiento, el cual hemos apoyado de forma crítica a pesar de rechazar nuestra propuesta de hacer un llamamiento conjunto P2-P4. Llamamos a la P2 a que saque las conclusiones de su propio combate poniendo en pie la construcción de una gran tendencia que se pelee por hacer mayoritario el proyecto de un NPA revolucionario. Es vital para ganar nuevos camaradas de base y evitar nuevas salidas, para construirnos en la besa del proletariado mediante la intervención decidida en las luchas y un programa lo más avanzado posible. Así es como volveremos a poner en hora los relojes del NPA: con la hora de Túnez, del Cairo y de Benghazi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario