
Entendemos que las candidaturas
encaminadas a superar por parte de los y las de abajo la política de
miseria de los y las de arriba, deben de cumplir una serie de
premisas en lo político y en lo organizativo.
En primer lugar, pensamos que a nivel
programático, existen varios ejes fundamentales:
- Cuestionar el pago de la deuda pública. Un ayuntamiento valiente que se posicione sin fisuras con los y las de abajo, ante la situación de emergencia social que vivimos, debe priorizar el bienestar de los y las que peor lo están pasando en la crisis. Para ello, debe preparar a la población para al impago de una deuda que ha sido generada por la ambición del capital financiero y rechazar la aplicación del artículo 135 que obliga a los ayuntamientos a priorizar el pago de esa deuda por encima de cualquier otra cosa.
- Remuniciapalizar todos los servicios públicos: La recuperación del control de los servicios públicos es una condición sine qua non para poder dar unos servicios a la altura de las necesidades de la población y que a su vez generen empleo de calidad. Más aún cuando encontramos que la falta de guarderías, comedores o ayuda a la dependencia generan una situación de desigualdad que afecta principalmente a las mujeres que asumen este rol en las familias.
- Política decidida contra los desahucios y por una vivienda digna. Un Ayuntamiento valiente debe desarrollar políticas encaminadas a frenar los desahucios y a poner a disposición de las familias desahuciadas las viviendas disponibles en el municipio.
- Garantizar los suministros básicos a las familias que lo necesiten. Un Ayuntamiento valiente no puede permitir que haya personas que no tengan acceso a luz, agua o gas. Esta situación condena a la pobreza energética a quienes ya han sido golpeados por la crisis. El Ayuntamiento debe, por tanto asumir las facturas de estas familias o exigir a las empresas suministradoras la gratuidad de las mismas.
- Crear bolsas de empleo. Con los altos índices de desempleo y los problemas de paro estructural que existen un Ayuntamiento valiente debe buscar los recursos necesarios para generar bolsas de empleo que intenten paliara esta realidad.
A su vez, entendemos que es preciso que
las candidaturas de ruptura útiles para la gente trabajadora deben
desarrollarse sobre la base del debate y la participación abierta,
puesto que es imposible desarrollar una orientación política de
ruptura sin una mayoría social fuerte y organizada. Es necesario que
esas candidaturas recojan la experiencia de lucha de las clases
populares que se han venido enfrentando a las lógicas de este
sistema en todas sus formas, ya sea desde el mundo sindical, desde el
movimiento antidesahucios, el movimiento por la escuela pública, el
movimiento feminista, etc. Esas
experiencias de lucha en la calle contra un enemigo común deben ser
el caldo de cultivo sobre el que construir una candidatura que
realmente sea útil a los intereses de los y las de abajo.
Por último, queremos explicar por qué
a pesar de participar desde su inicio en Podemos Granada, no vamos a
participar ni a apoyar la candidatura de VAMOS GRANADA apoyada por
una parte de la dirección de Podemos. Creemos que la candidatura no
ha sido fruto de un debate (demandado desde el pasado mes de junio)
en el seno de Podemos y de sus círculos. El único marco de debate
ha estado situado en un proceso plebiscitario plagado de
irregularidades (como por ejemplo, ampliar el periodo de votación en
mitad del propio periodo de votación, etc.) y carente por completo
del necesario contraste de opiniones. La propia conformación de la
lista es el resultado de un proceso, no solamente ausente de debate,
sino además ausente de un mínimo de posiciones de progreso. Esto ha
hecho posible que el número 2 de la lista, antiguo jefe de la
policía Nacional y Local y ascendido de rango en los últimos días
de franquismo, venga de probar suerte en octubre del año pasado en
unas primarias internas del PSOE. En los ejes programáticos de esta
candidatura tampoco encontramos reivindicaciones que pongan en
cuestión la lógica del sistema pero que sean entendidas por amplios
sectores de la población en materia de vivienda, empleo, suministros
básicos o servicios públicos tal y como hemos descrito antes. Por
todo ello, creemos que VAMOS, GRANADA no va a ser una candidatura
útil para cambiar la correlación de fuerzas del lado de las clases
populares. Llamamos a votar a aquellas candidaturas que mejor cumplan
los requisitos políticos y organizativos arriba descritos y que
creemos que suponen elementos pedagógicos que acercan a las clases
populares a la aceptación de consignas que pongan contra las cuerdas
las lógicas de este sistema de opresión.
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