viernes, 8 de mayo de 2015

PODEMOS ante la investidura de Susana Díaz

Las negociaciones para la investidura de Susana Díaz como presidenta del gobierno andaluz nos van dejando claros indicios de por dónde van a transitar los distintos grupos que conforman el nuevo Parlamento. En el caso de PODEMOS, bajo una pretendida imagen de dureza negociadora, los tres requisitos que Teresa Rodríguez ha llevado a sus reuniones con Díaz se van a evaluar con bastante laxitud. 

Tras la petición de "dimisión inmediata de Chaves y Griñán", al final PODEMOS se conformará con una retirada discreta y dilatada en el tiempo, casi honrosa, ya al final de su carrera política. Aunque se venda esto como una victoria y una demostración de fuerza, todo va a terminar como el retiro dorado de dos padres de la patria andaluza.

En cuanto a las otras dos medidas (la reducción de altos cargos para reconvertirse en trabajadores en sanidad y educación, y la no firma de nuevos contratos con bancos que desahucian), viendo cómo se ha devaluado la "inmediatez" de la primera medida, probablemente se rebajarán a unos pocos 

gestos mediáticos, que además pueden terminar reforzando el discurso social del PSOE.

A menudo se ha antepuesto el supuesto coste electoral que PODEMOS tendría que asumir ante una repetición de las elecciones derivada de su posible bloqueo en la investidura. Para empezar, esto no sería en absoluto responsabilidad única de PODEMOS. Pero sobre todo, llegar a esta situación podría rearmar un discurso de auténtica ruptura con el estado de cosas y poner en primera línea la insostenible situación de Andalucía, destacada campeona europea de las regiones con más paro según los últimos datos de la UE para 2014.

Se ha echado de menos una consulta vinculante a las bases para determinar las condiciones sine qua non con las que entablar las negociaciones. Ha sido una oportunidad perdida para plantear y visibilizar cuestiones, más allá de lo cosmético, que desenmascaren las contradicciones del PSOE, que se presenta falazmente como barrera ante los recortes que vienen del PP 

y de Europa. Se está desmovilizando a las bases, especialmente las más combativas, para entrar en una dinámica de normalización partidista de corte jerárquico.

Este es un momento crucial: el de meter un pie en las instituciones del Estado (ya que el paso de PODEMOS por el Parlamento Europeo tiene poca resonancia mediática y permite mayor independencia de acción sin consecuencias de calado). Si se quiere hacer saltar las costuras del régimen del 78 hay que ser extremadamente cauto con los próximos pasos: una vez dentro de los parlamentos hay dos posturas posibles:

-Alzar continuamente la voz para denunciar con crudeza las graves carencias de nuestra democracia, tales como la entrega de la soberanía a los poderes económicos nacionales y multinacionales,

-o acomodarse en el escaño e integrarse en una nueva normalización de la vida parlamentaria, entrando en el juego de tacticismos de bajo nivel y en la negociación de pequeños gestos sin trascendencia real para la situación social.

En definitiva: si PODEMOS no entra en las instituciones para romper la baraja terminará formando parte del juego. Por desgracia, todas las maniobras tácticas que se han tomado hasta ahora van claramente hacia esa segunda opción. Y, de nuevo, tendrá que ser el pueblo el que tome de nuevo la iniciativa en las calles, esa misma iniciativa que ha llevado a PODEMOS hasta donde ha llegado hasta ahora.


Pepe López - IZAR Benalúa

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