El jueves 13 de diciembre, por
tercera vez en su larga historia, la UGTT (Unión General del Trabajo de
Túnez) convoca una jornada de huelga general. Actuando así, no intenta
solo protestar contra el ataque a su sede nacional por las milicias
islamistas el 4 de diciembre , lo hace también para defender el futuro
mismo de la revolución.
Si el partido en el poder Ennadha lanza sus milicias al asalto de los locales sindicales, es porque estima que la UGTT es la columna vertebral de la resistencia a su tentativa de someter al conjunto de la sociedad a su modelo reaccionario y religioso.
Desde hace meses, Ennadha multiplica sus ataques contra los trabajadores, las mujeres y los jóvenes. Visiblemente, el hecho de haber tenido que retroceder parcialmente tras la huelga general de Siliana, la semana pasada, ha llevado a Ennadha a intentar aterrorizar a los militantes sindicales.
Si Ennadha quiere romper a la UGTT, es porque la central sindical juega un papel irremplazable en la resistencia a la prosecución de la política económica y social neoliberal heredada de Ben Alí. El poder quiere, en particular, continuar pudiendo vender las sociedades públicas a sus amigos de Qatar.
Si Ennadha actúa así, es también porque la UGTT, que tiene antiguos lazos con las organizaciones feministas, constituye un obstáculo en su voluntad de poner en cuestión los amplios derechos de que gozaban las mujeres desde 1956.
La revolución tunecina está hoy en la encrucijada. Atacando la sede de la organización sindical que fue la matriz del movimiento por la independencia, Ennadha quiere instaurar una ruptura. Quiere escribir una nueva historia basada en principios reaccionarios y religiosos.
La larga tradición de luchas del pueblo tunecino hace posible una contraofensiva victoriosa, como prueba la amplitud de las huelgas regionales y de las manifestaciones que han seguido inmediatamente al ataque de la sede de la UGTT el 4 de diciembre.
La IV Internacional y sus secciones expresan su solidaridad más amplia con la huelga general del jueves 13 de diciembre y se compromete a impulsar la solidaridad más amplia con esta huelga.
París, 9/12/2012
Si el partido en el poder Ennadha lanza sus milicias al asalto de los locales sindicales, es porque estima que la UGTT es la columna vertebral de la resistencia a su tentativa de someter al conjunto de la sociedad a su modelo reaccionario y religioso.
Desde hace meses, Ennadha multiplica sus ataques contra los trabajadores, las mujeres y los jóvenes. Visiblemente, el hecho de haber tenido que retroceder parcialmente tras la huelga general de Siliana, la semana pasada, ha llevado a Ennadha a intentar aterrorizar a los militantes sindicales.
Si Ennadha quiere romper a la UGTT, es porque la central sindical juega un papel irremplazable en la resistencia a la prosecución de la política económica y social neoliberal heredada de Ben Alí. El poder quiere, en particular, continuar pudiendo vender las sociedades públicas a sus amigos de Qatar.
Si Ennadha actúa así, es también porque la UGTT, que tiene antiguos lazos con las organizaciones feministas, constituye un obstáculo en su voluntad de poner en cuestión los amplios derechos de que gozaban las mujeres desde 1956.
La revolución tunecina está hoy en la encrucijada. Atacando la sede de la organización sindical que fue la matriz del movimiento por la independencia, Ennadha quiere instaurar una ruptura. Quiere escribir una nueva historia basada en principios reaccionarios y religiosos.
La larga tradición de luchas del pueblo tunecino hace posible una contraofensiva victoriosa, como prueba la amplitud de las huelgas regionales y de las manifestaciones que han seguido inmediatamente al ataque de la sede de la UGTT el 4 de diciembre.
La IV Internacional y sus secciones expresan su solidaridad más amplia con la huelga general del jueves 13 de diciembre y se compromete a impulsar la solidaridad más amplia con esta huelga.
París, 9/12/2012
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