Comunicado de la Secretaría de Estudiantes andaluces de Izquierda Anticapitalista
Un 4 de diciembre, el pueblo andaluz se levantó para exigir la
entrada a la autonomía bajo el reconocimiento de nacionalidad histórica,
con el objetivo de obtener mayores competencias, mayor soberanía. Se
consiguió tal reconocimiento, pero ¿se cumplió el objetivo? Hoy, 35 años
después de esa transición “modelo”, nuestro pueblo sufre una situación
social y económica que no puede entenderse sin analizar en parte el
R€GIMEN de la constitución de 1978. Un régimen que está agotado, pero
que no caerá solo.
En Andalucía sufrimos especial y específicamente un sistema que de
sobra ha demostrado no poder garantizar las necesidades sociales de la
mayoría. Educación y Sanidad son foco de ataques desde hace años, pese a
que con una sola mirada a nuestros centros de estudio y a nuestros
centros de salud podemos reconocer que no sobran docentes, ni sobran
sanitarios. La lógica del capital camina a sus anchas por los senderos
que le abre nuestra legislación andaluza, sin respuesta política por
parte de unos partidos que cierran plantas de hospitales o dificultan
cada vez más el acceso y continuidad de la formación, bajo la cínica
fórmula de “la responsabilidad”. Pero la responsabilidad está en la
calle, con las que luchan y sufren las políticas de austeridad, vengan
del gobierno central (PP) o de la Junta de Andalucía (PSOE-IU).
No obstante, Andalucía está respondiendo en la calle a quienes se
esfuerzan por explicar que una crisis generada por el 1% tenemos que
pagarla el 99%. Plataformas en defensa de la educación pública, así como
movimientos por otros servicios públicos, por no hablar de la dignidad
de las que luchan por la vivienda digna y contra los desahucios, van
surgiendo de la indignación de un pueblo que siempre reconoció la
injusticia, pues nació como tantos otros bajo ella.
Ahora, jóvenes sin futuro, tenemos una responsabilidad, pero una de
verdad, para con l@s de abajo, por nosotr@s, por nuestr@s mayores y por
l@s que vendrán. Porque somos la primera generación que dicen vivirá
peor que sus progenitores, la legalidad vigente no debe impedirnos salir
a la calle y, sin miedo, reivindicar lo que es justo y legítimo.
En esta tarea, para canalizar la indignación de todo un pueblo, l@s
jóvenes y estudiantes de Izquierda Anticapitalista pensamos que el
movimiento estudiantil tiene un papel importante que jugar en el próximo
período. En un contexto de acumulación de fuerzas para un nuevo ciclo
de protestas masivas el siguiente trimestre, apostamos por un nuevo 4 de
diciembre que ante todo debe ser una referencia de dignidad para romper
con los sentimientos de resignación y desánimo que inspira el
incierto plan de movilizaciones propuesto por las grandes centrales
sindicales. Un plan de movilizaciones que corresponde a todas, pero que
para ser mas coherente necesita empezar a coordinarse desde abajo,
convergiendo todas y cada una de las luchas existentes. Ahí, nosotros y
nosotras pensamos que la simpatía que genera el movimiento estudiantil,
tiene que ser chispa y pegamento de una lucha de todos en defensa de
nuestros derechos.
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