domingo, 17 de abril de 2011

LIBIA: ¿Una revolución en la sombra de los bombarderos de la OTAN ?


30/03/11

La intervención militar en Libia de la OTAN confirma el carácter imperialista de esta guerra que, a diferencia de las declaraciones de buenas intenciones, no ayudará al pueblo libio a liberarse de la dictadura.

Después de habernos contado durante algunos días la fábula de una « guerra humanitaria » que sólo tendría como intención venir en ayuda a la población libia permitiéndole derribar a un dictador, la entrada macabra de la OTAN le otorga a este asunto un carácter menos reluciente. Hay que llamar las cosas por su nombre y una misión de la OTAN es lo que es… ¡una operación militar imperialista!

Este guión era perfectamente previsible ya que ha sido utilizado a menudo en el pasado por los países imperialistas ya sea en Afganistán, en Iraq, o contra los pueblos de la ex Yugoslavia. En cada operación militar de la OTAN, los mismos argumentos son utilizados por los medios occidentales: se trata siempre de la “protección de las poblaciones civiles” y de “promover la estabilidad internacional” o “de hacer frente a las amenazas terroristas, islamistas”…depende.

Los resultados de esta nueva agresión de la OTAN son por desgracia ya previsibles. Lejos de venir en ayuda a las revoluciones en curso, la confiscación de la sublevación popular libia, a favor de un aplastamiento militar venido del exterior, por fuerzas del imperialismo, sólo puede conducir al establecimiento de un régimen que sea durante mucho tiempo deudor de esas mismas fuerzas. Negociaciones ya han empezado entre algunos países y el Consejo nacional de transición (CNT) que pretende a la exclusividad en la representación del pueblo libio. Éstas no abordan para nada las condiciones del establecimiento de un régimen democrático alternativo a la dictadura de Gadafi, pero a la comercialización por el Qatar Petroleum de crudo extraído en las zonas controladas por los rebeldes. Estamos muy lejos de las aspiraciones democráticas expresadas por la revoluciones de la plaza Tahrir de Egipto o de la Kasbah de Túnez!

Los y las militantes anticapitalistas, si bien apoyan al pueblo libio en su lucha contra la dictadura de Gadafi, no pueden avalar de ninguna manera la operación imperialista en curso. Por ello deben, en todos los lugares donde eso sea posible, crear en la unidad comités de apoyo a los procesos revolucionarios en curso. El derrocamiento de la dictadura debe ser obra de los propios libios, ayudados por las revoluciones de Túnez y de Egipto. Libia hoy no es España del 36, y el paralelismo hecho por algunos a las Brigadas internacionales que acudieron para combatir al ejército fascista del general Franco al lado de los republicanos sólo tiene un valor sentimental.

Nuestra primera tarea es atacarnos a nuestro propio imperialismo denunciando sus crímenes, su complicidad llevados a cabo durante numerosos años con la dictadura y los jugosos negocios con olor a petróleo que las burguesías occidentales se disponen a negociar con los futuros dirigentes libios, vengan de donde vengan. Es en relación con los revolucionarios egipcios y tunecinos, que aportan hoy una ayuda material concreta a los refugiados, que hay que considerar el apoyo de los anticapitalistas europeos a la revolución libia.

Alain Pojolat

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