
31/03/2011
La más importante manifestación política desde al menos 10 años acaba de tener lugar en Londres el 26 de marzo pasado. Entre 250 000 y 400 000 manifestantes participaron en la “Marcha por la Alternativa” organizada por el Trade Union Congress (TUC) la confederación sindical. Esta manifestación ha tenido lugar más o menos un año después de la elección de una coalición entre Conservadores y Liberales-Demócratas que ha sido clara desde el principio en lo que se refiere a su voluntad de reducir los gastos públicos en 81 000 millones de libras, no se puede reprochar al movimiento sindical el haberse precipitado.
Los recortes presupuestarios proceden de una guerra de clase. 7 000 millones de libras conciernen a los gastos sociales. Los presupuestos locales se han reducido en un 9% en algunas regiones y todos los datos disponibles muestran como cuanto más pobres son las regiones más importantes son los recortes presupuestarios. Esto se traduce por recortes en los presupuestos en lo que se refiere a jóvenes, ancianos y más vulnerables. Estos significa también la supresión de miles de empleos, sobretodo en los sectores más sindicados de los servicios públicos.
La manifestación demuestra que los sindicatos son capaces de organizar a masas de gente de una forma como ninguna otra organización puede hacerlo. Los trenes y los autobuses han traído a sindicalistas, familias y grupos de amigos venidos de toda Inglaterra, de Escocia y del País de Gales. Fue una demostración cuyo corazón estaba constituido por el movimiento obrero organizado. Seguramente faltaron los usuarios de las bibliotecas, de las piscinas y de los clubs de jóvenes que se están cerrando...lo que se traduce por decenas de miles de pérdidas de empleos en el sector público.
En lo esencial, la cobertura de la prensa se ha focalizado en un pequeño número de acciones llevadas por un puñado de personas. Se pueden clasificar en dos categorías. La primera era una intervención organizada, proveniente de anarquistas marginales que buscaban el enfrentamiento con la policía atacando algunos bancos y algunas tiendas. La secunda era la prueba de una nueva radicalización. La organización “UK Uncut” se ha especializado en hacer intrusiones pacíficas en los locales de empresas como Vodafone para no pagar la totalidad de las facturas telefónicas. Esa práctica de acción directa recoge mucha simpatía y ha empezado a suscitar imitadores...
Para la dirección burocrática de los sindicatos, esta manifestación constituye un problema. 165000 empleos en la colectividades territoriales y 50000 en los hospitales están hoy condenados a muerte. Muchos de esos empleos han sido suprimidos algunos días después de la manifestación y sus titulares puestos de patitas a la calle.
Los sindicatos temen ver sus recursos financieros confiscados así como la puesta en marcha de leyes antisindicales hasta el punto de no organizar acciones nacionales. Por ahora, ha habido muy pocos avisos de huelga. De sobra es sabido que no se puede ganar con un nivel de acción de huelguistas tan pequeño. A lo mejor se gana la batalla de las convicciones...pero eso no detendrá el plan de los Conservadores.
La Coalición de Resistencia, que tiene el apoyo de las federaciones sindicales como UNITE y UCU, así como la (Carta del Pueblo) o la campaña del Derecho al Trabajo, han trasladado un doble mensaje: hay que oponerse a todos los recortes presupuestarios ya que no somos responsables de la crisis. Acciones de masas impulsadas por los sindicatos, los grupos locales anti-recortes presupuestarios y las organizaciones de base pueden obligar al gobierno a retirar su plan. Las pancartas de la Coalición podían verse a lo largo de toda la manifestación con un mensaje sencillo: “No a los recortes”.
Los dirigentes burocráticos están dispuestos a sacrificar decenas de miles de empleos de sus afiliados antes que organizar un verdadero combate. Los lazos entre los sindicatos y el Partido Laborista son el medio más eficaz para controlar la militancia en los centros de trabajo, aunque las últimas elecciones demuestran que los trabajadores votan aún al Partido Laborista por simple reflejo de protección. En realidad, los dirigentes del Partido Laborista así como los de numerosos sindicatos piensan que las acciones de huelga por la defensa de los empleos le hacen perder votos. Pero no únicamente. Piensan también que si los trabajadores toman la costumbre de luchar para defender sus intereses contra los Conservadores y los Liberales-Demócratas, entonces lo harán probablemente también contra las colectividades gestionadas por los laboristas y contra un futuro gobierno laborista que también incluiría en su programa los recortes presupuestarios...
Sabemos que en un futuro próximo los conservadores y los liberales-demócratas van a exigir nuevas supresiones de empleos, nuevas bajadas de salarios, destrucciones de servicios públicos y privatizaciones. A causa de la inercia de la Confederación sindical (TUC), nuestra clase ha entrado en el ring y ha sido golpeado con fuerza a lo largo del primer asalto. Debemos aprender de esa experiencia. La manifestación ha puesto en evidencia la fuerza de los trabajadores organizados y la aspiración de millones que esperan que se active la prueba de fuerza.
Hay que insistir para que el TUC esté presente:
Debería movilizarse en apoyo a todos los grupos de trabajadores que actúan por la defensa de sus empleos, sus salarios, sus jubilaciones o sus condiciones de trabajo. Debería hacer eso con una determinación al menos parecida a la que están demostrando los Liberales-Demócratas en su ofensiva. Eso implica cosas tan simples como organizar intervenciones públicas y animar a las federaciones y los sindicatos a efectuar colectas de solidaridad cuando hay huelgas.
Debería explicar a las federaciones la importancia de construir lazos con las comunidades y los usuarios que son víctimas de los recortes. Por el momento, es un fracaso completo pero todo dirigente sindical que pretenda merecer su salario debería ponerse manos a la obra.
La decisión de una “acción nacional y coordinada” contra los recortes, tomada por el TUC durante su congreso en septiembre, debe ponerse en marcha sin más tardar.
Habría que lanzar una campaña masiva en defensa de la financiación de las jubilaciones de los servicios públicos y por un aumento de la financiación de las jubilaciones del sector privado. Es algo que va a afectar a todos los trabajadores y podría permitir al TUC estar en primera línea de combate contra lo que intenta hacer la clase dirigente. Sin embargo sobre esta cuestión, el TUC sigue estando fuera de juego...
Ninguna de esas sugerencias es especialmente radical. Es solamente la base mínima con la que poder construir la unidad más amplia posible y a partir de la cual el movimiento obrero podría empezar el segundo asalto. Si el movimiento padece ahora una derrota en el tema de los recortes presupuestarios locales, conocerá entonces un sentimiento de desmoralización y de desaliento que conllevará probablemente su derrota contra los proyectos que tienen que ver con el sistema de salud y los futuros ataques sobre las jubilaciones.
Bill Curtis
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