
Jueves 24 de noviembre de 2011, por Mar
Declaración de Izquierda Anticapitalista
Este 25 de noviembre, día Internacional contra la violencia machista, desde Izquierda Anticapitalista volvemos a reivindicar la lucha de las mujeres contra las múltiples violencias que sufrimos por el hecho de ser mujeres. Es necesario que todos los días, en todos los ámbitos sigamos luchando por una vida libre de violencias. La violencia machista nos afecta a todas: niñas, adolescentes, mayores, a las mujeres lesbianas, a las mujeres migrantes, a las mujeres trans.
Los medios de comunicación tan solo visibilizan aquellos casos de violencia en los que ya es demasiado tarde para actuar, en los que las mujeres ya han sido asesinadas en manos de agresores machistas. Y lo hacen a través de titulares morbosos que omiten al carácter sistémico de las violencias contra las mujeres. Los malos tratos físicos y psicológicos, las violaciones y el acoso sexual, que continúan presentes en nuestras vidas cotidianas, y que anteceden muchas veces al asesinato, siguen siendo invisibilizados o presentados como casos aislados. Se sigue hablando de las mujeres como víctimas pasivas o como responsables de la violencia que sufren. Y las medidas legislativas tomadas por el gobierno estatal en los últimos años, a pesar de suponer un avance, están basadas en la victimización de las mujeres y en una lógica meramente punitiva, descuidando la prevención. Además, la falta de recursos impide la efectividad de de las medidas para asistir y proteger a las mujeres que han sido víctimas de agresiones machistas. Desde Izquierda Anticapitalista exigimos que se ataque de raíz las violencias machistas. Y esto pasa por desarrollar medidas de prevención, tales como la educación en igualdad, pues es la única manera efectiva para evitar que proliferen los casos de violencia. Las mujeres, debemos ser capaces de identificar conductas que pueden derivar en maltratos y desarrollar nuestras propias estrategias para evitarlas.
Pero la violencia machista no tiene una sola cara. Las lesiones y los asesinatos son, las formas de violencia más visibles, pero la violencia contra las mujeres no solo se genera y perpetúa en el ámbito individual o familiar, sino que también lo hace a nivel estructural: las mujeres sufrimos la violencia ejercida por las instituciones y por el sistema capitalista. La doble jornada de trabajo y el confinamiento de las mujeres en el ámbito doméstico son también expresiones cotidianas de la violencia machista. El sistema patriarcal es el mejor aliado del capitalismo, pues son las mujeres las que seguimos haciéndonos cargo de las tareas de cuidados, que aun siendo imprescindibles para el sostenimiento del sistema económico no son consideradas trabajo, sino tareas “propias” de las mujeres. Sabemos que dentro de este sistema capitalista patriarcal, que crea desigualdades y profundiza las que ya existen, no es posible acabar con las violencias machistas. Si capitalismo y patriarcado van de la mano, entonces sin la lucha feminista es imposible transformar el sistema.
Con la profundización de la crisis una jornada de denuncia de las violencias que sufrimos las mujeres y de reivindicación de una sociedad igualitaria tiene más sentido que nunca. El paro, la precariedad laboral, la degradación de los servicios públicos y de los sistemas de protección social, los desahucios, el incremento de la pobreza… golpean de manera especial a las mujeres, generando o agravando situaciones de violencia. ¿Cuántas, faltas de recursos, deben convivir con el hombre que las maltrata, mientras el número de víctimas mortales se eleva en la actualidad a 80 mujeres? ¿Cuántos abusos machistas se toleran por miedo de perder el empleo? Así, las políticas neoliberales intensifican la feminización de la pobreza, agudizada sobre todo en los países del Sur, donde las mujeres son las primeras en pagar los tremendos efectos de los programas de ajuste estructural y a menudo sufren la violencia física y sexual en contextos de conflicto bélico. Nos solidarizamos con todas las mujeres del mundo y, en especial con las mujeres de los países árabes que este año han hecho suyas las revoluciones contra los dictadores, saliendo a la calle reclamando sus derechos y enfrentándose a una feroz represión.
Desde las instituciones y los poderes públicos soplan vientos de reacción: descuartizando el estado del bienestar, la dictadura de los mercados descarga sobre nuestras espaldas una vez más las tareas de cuidado y reproducción. Y ello se acompaña de una ofensiva contra los tímidos avances que habíamos ido realizando. Si con un PSOE girando hacia la austeridad ya vimos desaparecer al Ministerio de la Igualdad, ¿de qué presupuestos dotará Rajoy a la lucha contra la violencia de género? Tras escuchar a algunos valedores eclesiásticos de la nueva mayoría justificar la violación de las mujeres que han abortado podemos esperar lo peor. A su vez, el racismo con el que se intenta dividir a las clases populares, atizando conflictos de pobres contra pobres tiene un vector claramente patriarcal. La izquierda institucional, hoy derrotada, tuvo el triste honor de abrir la senda con los decretos de “civismo”. Ahora múltiples administraciones generalizan la prohibición de un burca que nadie ha visto en apenas ningún sitio pero les permite colocar bajo sospecha a toda la comunidad musulmana, expulsando a algunas mujeres del espacio público.
Desde Izquierda Anticapitalista exigimos que la sociedad en su conjunto ataque todas las formas de violencia contra las mujeres. Llamamos a todas las mujeres a desobedecer al patriarcado, a articular respuestas colectivas, a generar proyectos alternativos que contengan como eje fundamental la lucha contra la violencia machista y el sistema capitalista patriarcal. Debemos crear redes y alianzas entre nosotras para todas juntas plantarle cara a un sistema que nos oprime, que nos invisibiliza y que no nos permite vivir dignamente. Queremos transformar el sistema en su conjunto, crear una sociedad sin explotación ni opresiones de ningún tipo, basada en la justicia y la igualdad sociales, en la solidaridad y el respeto. Una sociedad democrática en la que las mujeres no seamos discriminadas y excluidas sistemáticamente. Una sociedad en la que quepan todas las opciones sexuales, identidades, culturas y diversidades. Un mundo donde estén, por encima de todo, los intereses y bienestar de todas las personas y el respeto al planeta.
Es necesario un mundo libre de violencias ¡Basta de violencia machista! Se acercan tiempos de lucha y, más que nunca, se hace necesaria una amplia unidad de las izquierdas, del sindicalismo y de los movimientos sociales que haga bandera y defienda la dignidad, la igualdad y la integridad de las mujeres. Nosotras nos comprometemos.
Declaración de Izquierda Anticapitalista
Este 25 de noviembre, día Internacional contra la violencia machista, desde Izquierda Anticapitalista volvemos a reivindicar la lucha de las mujeres contra las múltiples violencias que sufrimos por el hecho de ser mujeres. Es necesario que todos los días, en todos los ámbitos sigamos luchando por una vida libre de violencias. La violencia machista nos afecta a todas: niñas, adolescentes, mayores, a las mujeres lesbianas, a las mujeres migrantes, a las mujeres trans.
Los medios de comunicación tan solo visibilizan aquellos casos de violencia en los que ya es demasiado tarde para actuar, en los que las mujeres ya han sido asesinadas en manos de agresores machistas. Y lo hacen a través de titulares morbosos que omiten al carácter sistémico de las violencias contra las mujeres. Los malos tratos físicos y psicológicos, las violaciones y el acoso sexual, que continúan presentes en nuestras vidas cotidianas, y que anteceden muchas veces al asesinato, siguen siendo invisibilizados o presentados como casos aislados. Se sigue hablando de las mujeres como víctimas pasivas o como responsables de la violencia que sufren. Y las medidas legislativas tomadas por el gobierno estatal en los últimos años, a pesar de suponer un avance, están basadas en la victimización de las mujeres y en una lógica meramente punitiva, descuidando la prevención. Además, la falta de recursos impide la efectividad de de las medidas para asistir y proteger a las mujeres que han sido víctimas de agresiones machistas. Desde Izquierda Anticapitalista exigimos que se ataque de raíz las violencias machistas. Y esto pasa por desarrollar medidas de prevención, tales como la educación en igualdad, pues es la única manera efectiva para evitar que proliferen los casos de violencia. Las mujeres, debemos ser capaces de identificar conductas que pueden derivar en maltratos y desarrollar nuestras propias estrategias para evitarlas.
Pero la violencia machista no tiene una sola cara. Las lesiones y los asesinatos son, las formas de violencia más visibles, pero la violencia contra las mujeres no solo se genera y perpetúa en el ámbito individual o familiar, sino que también lo hace a nivel estructural: las mujeres sufrimos la violencia ejercida por las instituciones y por el sistema capitalista. La doble jornada de trabajo y el confinamiento de las mujeres en el ámbito doméstico son también expresiones cotidianas de la violencia machista. El sistema patriarcal es el mejor aliado del capitalismo, pues son las mujeres las que seguimos haciéndonos cargo de las tareas de cuidados, que aun siendo imprescindibles para el sostenimiento del sistema económico no son consideradas trabajo, sino tareas “propias” de las mujeres. Sabemos que dentro de este sistema capitalista patriarcal, que crea desigualdades y profundiza las que ya existen, no es posible acabar con las violencias machistas. Si capitalismo y patriarcado van de la mano, entonces sin la lucha feminista es imposible transformar el sistema.
Con la profundización de la crisis una jornada de denuncia de las violencias que sufrimos las mujeres y de reivindicación de una sociedad igualitaria tiene más sentido que nunca. El paro, la precariedad laboral, la degradación de los servicios públicos y de los sistemas de protección social, los desahucios, el incremento de la pobreza… golpean de manera especial a las mujeres, generando o agravando situaciones de violencia. ¿Cuántas, faltas de recursos, deben convivir con el hombre que las maltrata, mientras el número de víctimas mortales se eleva en la actualidad a 80 mujeres? ¿Cuántos abusos machistas se toleran por miedo de perder el empleo? Así, las políticas neoliberales intensifican la feminización de la pobreza, agudizada sobre todo en los países del Sur, donde las mujeres son las primeras en pagar los tremendos efectos de los programas de ajuste estructural y a menudo sufren la violencia física y sexual en contextos de conflicto bélico. Nos solidarizamos con todas las mujeres del mundo y, en especial con las mujeres de los países árabes que este año han hecho suyas las revoluciones contra los dictadores, saliendo a la calle reclamando sus derechos y enfrentándose a una feroz represión.
Desde las instituciones y los poderes públicos soplan vientos de reacción: descuartizando el estado del bienestar, la dictadura de los mercados descarga sobre nuestras espaldas una vez más las tareas de cuidado y reproducción. Y ello se acompaña de una ofensiva contra los tímidos avances que habíamos ido realizando. Si con un PSOE girando hacia la austeridad ya vimos desaparecer al Ministerio de la Igualdad, ¿de qué presupuestos dotará Rajoy a la lucha contra la violencia de género? Tras escuchar a algunos valedores eclesiásticos de la nueva mayoría justificar la violación de las mujeres que han abortado podemos esperar lo peor. A su vez, el racismo con el que se intenta dividir a las clases populares, atizando conflictos de pobres contra pobres tiene un vector claramente patriarcal. La izquierda institucional, hoy derrotada, tuvo el triste honor de abrir la senda con los decretos de “civismo”. Ahora múltiples administraciones generalizan la prohibición de un burca que nadie ha visto en apenas ningún sitio pero les permite colocar bajo sospecha a toda la comunidad musulmana, expulsando a algunas mujeres del espacio público.
Desde Izquierda Anticapitalista exigimos que la sociedad en su conjunto ataque todas las formas de violencia contra las mujeres. Llamamos a todas las mujeres a desobedecer al patriarcado, a articular respuestas colectivas, a generar proyectos alternativos que contengan como eje fundamental la lucha contra la violencia machista y el sistema capitalista patriarcal. Debemos crear redes y alianzas entre nosotras para todas juntas plantarle cara a un sistema que nos oprime, que nos invisibiliza y que no nos permite vivir dignamente. Queremos transformar el sistema en su conjunto, crear una sociedad sin explotación ni opresiones de ningún tipo, basada en la justicia y la igualdad sociales, en la solidaridad y el respeto. Una sociedad democrática en la que las mujeres no seamos discriminadas y excluidas sistemáticamente. Una sociedad en la que quepan todas las opciones sexuales, identidades, culturas y diversidades. Un mundo donde estén, por encima de todo, los intereses y bienestar de todas las personas y el respeto al planeta.
Es necesario un mundo libre de violencias ¡Basta de violencia machista! Se acercan tiempos de lucha y, más que nunca, se hace necesaria una amplia unidad de las izquierdas, del sindicalismo y de los movimientos sociales que haga bandera y defienda la dignidad, la igualdad y la integridad de las mujeres. Nosotras nos comprometemos.
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