Comunicado Izquierda Anticapitalista Andalucía
Derrota electoral de la derecha. Los resultados
electorales han supuesto un jarro de agua fría sobre las expectativas
del Partido Popular, que incluso ha perdido votos en relación a las
últimas elecciones andaluzas (más de 160.000) y a las últimas elecciones
generales (más de 400.000). Esto demuestra que la derecha no acaba de
ganar terreno gracias a la movilización social de los últimos meses
contra sus recortes, especialmente gracias a la toma de conciencia que
precedió a la Huelga General del 29 de marzo. El PP sólo es capaz de
ponerse ligeramente por delante del PSOE debido al descalabro de este
último partido que ha gobernado desde la crisis contra su propia base
social y electoral. La abstención ha sido el principal destino que ha
recogido el descontento de los votantes del PSOE, pero también Izquierda
Unida ha ganado una parte de ese descontento.
Una acumulación de fuerzas por la izquierda fruto de la oposición en las calles a Zapatero y Griñán.
Durante estos tres años el espacio para la concertación y el acuerdo
con la patronal y el gran capital se ha evaporado. La crisis ha
pulverizado los espacios intermedios en los cuales el antiguo gobierno
de Rodríguez Zapatero se movía cómodamente manteniendo las líneas de las
políticas neoliberales, pero aplicando algunas medidas sociales con los
réditos de la burbuja inmobiliaria. Con la crisis, el PSOE se tuvo que
posicionar y gobernó contra la clase trabajadora, desmoralizándola;
desorientándola con el discurso de la inevitabilidad y de las
responsabilidades compartidas; y allanó el terreno al retorno del PP
legitimando las políticas de ajustes, privatizaciones y recortes de
derechos. Frente a ello, y no con dificultades por los fuertes lazos con
el PSOE de las direcciones sindicales de CCOO y UGT (especialmente con
la dirección de este último), el proceso de movilización de estos tres
años ha ido acumulando fuerzas en el campo de la izquierda y ha ido
ayudando a crear un sentido común alternativo al dominante, extendiendo
la idea de que la crisis no debe pagarla la clase trabajadora. Toda la
izquierda con posiciones más combativas ha ido desplegando su potencial y
aportando en esta línea.
Izquierda Unida: una orientación oportunista que lleva a la movilización al callejón sin salida del institucionalismo.
Para que la unidad en la lucha deje de ser una simple consigna y se
convierta en victorias de l@s de abajo no existen atajos. La
removilización social es el mejor aliado. La orientación de IU de
cogobernar con el PSOE deja claro cuál es su prioridad. Antepone la
gestión de las instituciones a la construcción de la movilización en la
calle. No se puede estar en ambos lados. O se justifican y apoyan las
medidas de la Junta, y por tanto se contiene la respuesta en la calle, o
se construye ésta desde abajo y de forma unitaria.
La lucha contra la reforma laboral, contra el tijeretazo, contra el
rescate bancario, contra la privatización de las universidades, contra
el pensionazo, contra las privatizaciones...todas esas luchas en las que
se ha acumulado la masa necesaria para ir tejiendo una alternativa no
puede llevarse ahora a un gobierno con el mismo actor que puso en marcha
todas esas agresiones. La salida a estos tres años de lucha no puede
ser un gobierno socialiberal sino una estrategia de movilización y
desobediencia civil continuada en el tiempo, desde donde construir una
alternativa política. No hay espacios intermedios ni posibilidad de
pacto social, una verdadera guerra social se ha lanzado contra l@s
trabajador@s y l@s de abajo, el conflicto está abierto.
IU da con esta entrada en el gobierno andaluz un discurso que
desorientará aún más a toda la gente que participa de las resistencias
cotidianas contra los ataques a los derechos conquistados. Ni siquiera
sirve a las bases críticas del PSOE que han participado de las
movilizaciones contra su propio gobierno. Aún más, cuando Cayo Lara en
la víspera del 1º de mayo hablaba un pacto de estado por el empleo y se
lo ofrecía a Rajoy vuelve a despistar y a desorientar a los millones de
trabajadores y trabajadoras que se preparaban para tomar una vez más las
calles. No hay margen de negociación ni con la patronal ni con los
gobiernos, y menos con Rajoy. Sólo desde la calle, con un discurso claro
y coherente, haremos peligrar sus políticas y cuestionaremos sus
instituciones y estaremos en condiciones de imponer una salida al
sufrimiento de millones de trabajadores y trabajadoras asfixiad@s por el
paro, los desahucios y la privación de derechos laborales, sociales y
democráticos.
Lamentable también nos parece el apoyo externo ofrecido por Equo a
esa decisión, aunque la historia de sus referentes internacionales no lo
hace sorprendente (sus partidos hermanos franceses que son socios
preferenciales del Partido Socialista Francés o alemanes, que incluso
gobiernan con la derecha en algunos estados y municipios). Estas
orientaciones no favorecen la construcción de la removilización social
en la calle.
El engaño de la muralla frente a Madrid y el falso discurso del mal menor.
Andalucía tiene una especial situación de vulnerabilidad frente a la
crisis que tiene que ver con su punto de partida. Durante estos años la
política socialiberal del PSOE no ha permitido construir una muralla de
defensa de derechos y de la situación económica y social en la que viven
las gentes trabajadoras de nuestra tierra. Muchos afiliados de
Izquierda Unida utilizan el discurso del mal menor para referirse a este
nuevo gobierno, mientras su dirección se compromete en el mismo
avalando las políticas actuales y pasando por encima de las resistencias
sociales que se han venido dando contra las políticas de la Junta. Así
IU ningunea al movimiento estudiantil apoyando explícitamente el campus
de excelencia en el pacto con el PSOE o pasa por encima de la lucha
contra la reordenación-privatización encubierta-de la administración
pública andaluza. IU mira a otro lado en el proceso masivo de
privatización de servicios, extensión de la precariedad, externalización
y subcontratación que la Junta de Andalucía ha desarrollado en los
últimos años, proceso que el sindicalismo de base ha intentado frenar.
La muralla que hay que construir frente a los recortes del PP no puede
basarse en la austeridad de “izquierdas” de Griñán ni del anterior
gobierno de ZP. Cuando Diego Valderas afirma que los despidos en la
administración pública se van a hacer con la antigua indemnización
anterior a la reforma laboral pasa por encima de las luchas de todos
aquellos sectores que hemos dicho que los recortes son injustos y
evitables.
Ni siquiera en el estricto marco de competencias de la Comunidad
Autónoma el acuerdo es capaz de arrancar avances contrastables y
posibilistas como la reducción de los conciertos educativos y sanitarios
con empresas y con la Iglesia católica. Además, no hay que perder de
vista que desde la Junta de Andalucía les tocará gestionar y aplicar las
grandes contrarreformas del PP como el copago farmacéutico, la negación
de la asistencia sanitaria a los y las inmigrantes, el aumento de la
ratio en la escuela, el desmantelamiento definitivo del famélico sistema
de atención a la dependencia y otros ataques con los que el gobierno de
Rajoy nos amenaza cada viernes.
La muralla frente a los recortes va a depender de que la clase
trabajadora, las mujeres y la juventud amplíen su capacidad de
movilización y de organización y haya un salto cualitativo en los
métodos y formas de lucha. Con este discurso de IU se generan falsas
expectativas que pueden desmovilizar a amplios sectores.
Construir desde ya la oposición de izquierdas a la austeridad de Madrid y la de Andalucía.
No dejar que retorne el pesimismo ni la despolitización. Izquierda
Anticapitalista, tomando en cuenta todo lo anterior, tomará la
iniciativa en estas semanas de reunirse con toda la izquierda que quiere
construir una alternativa independiente del socialiberalismo. Con toda
la izquierda que quiere coordinarse para seguir construyendo ese escudo
social a partir de movilizaciones masivas, con un salto cualitativo en
su organización y en sus métodos, como la necesaria huelga general
rotatoria por sectores, con el objetivo de ir preparando una nueva
Huelga General. Se trata de desobedecer las políticas injustas. Es
posible vencer, pero para ello es necesario otra izquierda y otra
orientación. Este gobierno de PSOE-IU sólo provocará desmovilización,
derrota y pesimismo. Este gobierno, que cogestionará los futuros
recortes, ahondará más en la desconfianza y en la despolitización de la
clase trabajadora ante una nueva decepción de sus referencias. Y lo hará
cuando necesitamos lo contrario: aumentar el nivel de discusión,
combatitividad y participación de las gentes trabajadoras. Por eso
llamamos a construir una oposición de izquierdas en la calle al
gobierno de Rajoy y de Griñán desde ya. Apelamos especialmente a la
responsabilidad de la CUT. También a la de los cientos de militantes
del Partido Comunista de Andalucía que hoy son más fieles a una
oposición frontal a este sistema depredador que a unas siglas y a su
dirección. Apelamos a estos sectores para impulsar ese referente de
izquierda combativa en la calle y para recuperar la legitimidad que sólo
puede dar ahora la independencia de las siglas vinculadas al
socialiberalismo y a los futuros recortes en Andalucía.
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