
En esas condiciones, una parte de la rabia popular ha sido captada por la
extrema derecha, pero es principalmente en la izquierda reformista de Syriza en
torno a la que han girado las esperanzas
en vísperas de las elecciones. El Estado Español e Italia son los próximos en
el punto de mira de la Troïka (y a lo mejor después le toque a Francia): el
desenlace de la lucha en Grecia es por tanto decisivo para el conjunto de los
anticapitalistas y de los revolucionarios en Europa y en el mundo.
Existe un debate sobre la actitud que los revolucionarios deben adoptar.
¿Deben apoyar un gobierno dirigido por Syriza? ¿Deben apoyar a Syriza? ¿Deben
desaparecer electoralmente frente a ellos? ¿Deben presentar una política
independiente a los reformistas?
1.- El programa de Syriza y las
declaraciones de sus dirigentes más conocidos reflejan a la vez un rechazo de
las medidas antiobreras pero también una voluntad de compromiso con las clases
dirigentes de la UE. Eso es lo que indica su claro rechazo a toda salida del
euro y de la UE y su voluntad por reformar el marco actual de la UE con el fin
de volver a estabilizarlo.
Está claro que un gobierno que aboliese las medidas del memorándum
constituiría un avance importante para los trabajadores y sus luchas.
¿Pero cómo rechazar el memorándum sin abolir la deuda? ¿Cómo financiar las
medidas de urgencia necesarias sin socializar el sistema bancario? En pocas
palabras: ¿cómo mejorar hoy, por muy poco que sea, la situación de las clases
populares griegas sin atacar al control que detiene la minoría capitalista
sobre la economía y sobre la sociedad?
Es evidente que si cualquier gobierno pusiese en tela de juicio el programa
del capital financiero, los bancos y la UE cortarían inmediatamente todas las
posibilidades de préstamos y de financiación y no dudarían en expulsar a Grecia
de la zona euro. En una situación similar, solo cabría o bien someterse a poner
en pie la misma política desastrosa que la población griega ha padecido estos
últimos años o bien atacar al poder de los banqueros y de los capitalistas,
recuperando lo que han robado y poniendo en tela de juicio su control sobre la marcha de la economía.
En lo que se refiere a medidas
a tomar para salir de la crisis, un programa de confrontación con el capital es
necesario. Un programa de urgencia, de medidas transitorias como el
aumento general de los salarios, la prohibición de los despidos, la disminución
radical del tiempo de trabajo, la socialización del sector bancario y de los
sectores claves de la economía. Un programa como este implica una confrontación
no solamente con la clase dirigente griega sino también con la burguesía
europea y sus instituciones.
2.- La única manera de poner en marcha un
programa de lucha contra la crisis y de ruptura con el capitalismo, es una
movilización del conjunto de los trabajadores y de las masas populares.
No es una
simple consigna o una simple teoría. La presión del capital sobre el pueblo griego
es enorme. Las huelgas generales de 24 o 48 horas, las movilizaciones
sectoriales… han conllevado una crisis política grave para la burguesía griega
pero no han bastado para detener la ofensiva de ésta.
Es por tanto
necesario apoyarse en las luchas parciales, buscando extenderlas, sistematizando
los elementos de autoorganización que han podido expresarse en ellas y que en
algunas circunstancias pueden constituir el punto de partida de una dualidad de
poder. Es mediante la generalización de las luchas y federando los órganos de
autoorganización que un poder alternativo al de la burguesía podrá surgir. Es
amenazando con la extensión de la lucha en otros países de Europa que los
trabajadores griegos podrán protegerse de la presión de la UE. La clase obrera
y la juventud griega tienen las claves en sus manos, hay que apoyarse por tanto
en ellos.
En las
circunstancias actuales, teniendo en cuenta la naturaleza de Syriza, un
gobierno dirigido por Syriza no puede ser más que una coalición parlamentaria,
lo cual es completamente diferente a un gobierno de los trabajadores. La
situación conlleva incertidumbres: ¿logrará Syriza formar las alianzas necesarias
para formar un gobierno?, ¿cómo reaccionarían Syriza y las masas a las represalias
del capital?… Pero lo que es seguro es que un enfrentamiento de conjunto es
imprescindible. Es por tanto necesario un instrumento político para preparar
ese enfrentamiento y para popularizar el programa necesario.
3.- En la situación que conoce Grecia, la
consigna del gobierno de los trabajadores vuelve a estar de actualidad. No es
evidentemente aplicable a partir de ahora: es incluso difícil poder prever en
la actualidad su posible composición. Sin embargo, es indispensable proponer
una solución política de conjunto y empezar a formular una respuesta
comprensible para amplias masas, incluso imperfecta, a la pregunta “¿Quién debe
ejercer el poder en Grecia?”.
Un gobierno
como ese debería ser capaz de poner en marcha un programa de urgencia de lucha
contra la crisis dispuesto a llevar a cabo medidas claves de transición, por
ejemplo mediante la expropiación de los bancos y de otros sectores de la
economía. Un gobierno apoyado sobre una lucha del conjunto de los trabajadores
y en base a su autoorganización. Un gobierno que reagruparía las fuerzas
dispuestas a defender las reivindicaciones de las masas. Los revolucionarios
estarían dispuestos a participar con otros en un gobierno como este sobre la
base de un programa de confrontación y de un alto grado de movilización de los
jóvenes y de los trabajadores ya que un gobierno como este alentaría la
posibilidad de la toma del poder por los trabajadores y de las estructuras de
autoorganización.
4.- Si un
gobierno dirigido por Syriza tomase medidas favorables a los trabajadores, como
por ejemplo la puesta en tela de juicio de los memorándums, es evidente que los
revolucionarios las apoyarían. Sin
embargo un apoyo condicional y crítico como ese a un gobierno Syriza no
implicaría en ningún caso renunciar a la independencia política y organizativa
por parte de la izquierda anticapitalista y revolucionaria en Grecia,
representada hoy mayoritariamente por Antarsya.
Un partido
independiente, cuyo centro de gravedad sea la luchas de clases. Un partido
capaz de constituir un polo político visible tanto en las elecciones como en
las luchas de masas es necesario para defender la única perspectiva que permita
a los trabajadores griegos evitar la catástrofe. Un partido capaz a la vez de
tener una política de frente único en relación con otras fuerzas del movimiento
obrero y de defender su propia perspectiva política, de ruptura con el
capitalismo y de toma del poder por los trabajadores. En la situación actual,
la creación de un partido como este se hará principalmente alrededor de
ANTARSYA, a pesar de sus contradicciones. Si la llegada de un gobierno “de
izquierda” acabase en derrota, es probable que fuera la extrema derecha la principal
beneficiada. Pero eso no es algo inevitable. Todo dependerá de la capacidad de
la izquierda revolucionaria para encabezar las luchas y para hacer creíble un
programa de confrontación y de ruptura con el capitalismo.
Por ello,
nosotros, militantes anticapitalistas y revolucionarios de varios países
europeos, llamamos a apoyar a la izquierda revolucionaria griega, en particular
Antarsya, y a reforzar los lazos entre militantes que comparten una perspectiva
revolucionaria a escala europea e internacional.
- France/NPA: Gaël Quirante (miembro
del Comité Ejecutivo), Xavier Guessou (miembro del Comité Político Nacional)
- Spain/Izquierda
Anticapitalista: Rubén Quirante, (miembro de la Secretaría confederal), Pechi
Murillo (militante de IA)
- Greece/OKDE-Spartacos: Charis
Mertis (miembro del Buró Político), Anastasia Vergaki (miembro del Buró
Político), Panagiotis Sifogiorgakis (miembro del Buró Político/delegado en
el 16º congreso de la Cuarta Internacional), Manos Skoufoglou delagado en
16º congreso de la Cuarta Internacional)
- Germany/RSB: Jakob
Schäfer (miembro del Secretariado Político, miembro del Comité Internacional de
la Cuarta Internacional), Peter Berens (miembro del Secretariado Político)
- England/Socialist Resistence:
Dave Hill (miembro del Consejo Nacional)
- Ireland/Socialist Democracy:
John McAnulty (secretario), Kevin Keating (miembro del Comité central)
- Belgium/LCR-SAP: Mauro
Gasparini (sector jóven)
- Denmark/SAP: Jette [Lulu] (militante)
Todos los firmantes son miembros o simpatizantes
de la Cuarta Internacional.
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